El público asistente a la Iglesia St. Paul The apostle el pasado Miércoles y Jueves no era el de siempre. Gente con jeans y remeras atraía la atención – en una buena forma – de los trabajadores del lugar, acostumbrados a los vestidos de etiqueta y los trajes.
Sin embargo, los fans de Jonny exorcizaron sus demonios – por ejemplo, de ir a un recital en el que no se vendería cerveza – y oyeron perfectamente sentados y tranquilos las piezas que sirvieron de entrada para la velada: The Sinking of the Titanic de Gavin Bryar y Christian Zeal and Activity de John Adams).
Mención especial para el conductor de la orquesta, Brad Lubman, que se las arregló para que, sin usar una batuta, los músicos mantuvieran el tempo correcto. Además, debido a su exagerado lenguaje corporal fué muy importante, ya que de otra forma los fans no hubieran sabido cuando aplaudir.
Fuentes: VillageVoice // New York Magazine
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