19 de noviembre de 2007

(c) Jason Evans

1997 pertenecerá a un solo disco. No se necesita una computadora para sacar el cálculo acertado de las encuestas de fin de año: Ok Computer fue el disco preferido de todas las publicaciones y sus lectores. Fue unánime: todas las revistas, desde las que más circulan hasta las que nunca se encuentran, pusieron al tercer disco Radiohead en lo más alto. Los lectores de Q Magazine, incluso, también eligieron a Ok Computer como el mejor disco de todos los tiempos. John Aizlewood, uno de los pilares de la revista, atribuyó el éxito a la calidad de disco: “Siempre hubo un lugar para el pop inteligente. En ese sentido, Radiohead fue lo contrario de Oasis: mientras que los Gallagher apostaban a la simplicidad de las letras y la música, Thom Yorke y los suyos aportaban algo más sensible y menos machista. A todo el mundo le gustaba Radiohead y lo decía abiertamente sin tener que justificarse”.

Radiohead 2003Jason Evans
(c) Jason Evans

Ok Computer fue, para algunos, “disco del año” incluso antes de ser grabado. Lo cierto es que no le fue nada mal para ser un disco “difícil de asimilar” (vale recordar que, por esas mismas razones, la prensa inglesa rechazó a Homogenic, el tercer disco de Bjork, en sus encuestas de fin de año). Era un álbum al que uno debía saber cómo ingresar, mientras que para acceder a otros grandes discos de la época – como los de Oasis, Charlatans y Verve – bastaba con dejarse llevar y dejar de lado las exigencias.
Era un disco de influencias sospechosas – en su momento habló del rock espacial Pink Floyd y del rock progresivo de King Crimson -, totalmente inadaptado a una época de consumo vertiginoso.
Para Ed O’Brien, uno de los guitarristas del grupo, esa reputación de disco extraño y complicado no es ningún misterio: “Hubiéramos podido hacer un disco incluso más perverso e inaccesible. Intentamos que, en principio, nos emocionara a nosotros mismos. Hay que decir que, antes de grabarlo, escuchamos a artistas muy distintos, desde Ennio Morricone hasta Dj Shadow. El público se sorprendió porque se trata de un verdadero álbum, concebido y realizado como tal. La gente está perdiendo la costumbre de escuchar discos. También pasó que estábamos aburrido de nuestro sonido: estábamos algo cansado de las guitarras y de los pedales de distorsión, ya habíamos tenido bastante de eso en el disco anterior. Lo único que nos habría motivado para seguir pegados a determinado sonido hubiese sido el plano financiero: hubiéramos vendido diez millones de discos en lugar de cuatro. Pero vivimos de manera confortable y no necesitamos más”.


Sólo NME le negó a Ok Computer el título de disco del año en Inglaterra. En su lugar prefirió elegir a Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space, de Spiritualized, cuyo lider, Jason Pierce, algunos días después de haber recibido el premio declaró: “La elección habla más de New Musical Express que del disco en sí mismo”. Por algo Radiohead nunca se postró ante la influencia de NME, ya que la publicación siempre coqueteó con respecto a su reputación y al lugar que ocupa. Johnny Dee, una de las estrellas de NME, dijo al respecto: “OK Computer era el único disco en el que cada tema tenía razón de ser. De repente podíamos volver a escuchar música seria. De hecho, cuando hubo que elegir el disco del año, estábamos seguros de que sería el primero. Pero de golpe, como para reafirmar la imagen del semanario, Radiohead se vio desplazado a un segundo lugar, a pesar de que todo el mundo había votado a OK Computer. La mayoría de los grupos vienen a comer de nuestras manos por quince minutos de gloria, pero Radiohead no juega nuestro juego. Todo lo que hacen, desde las campañas publicitarias hasta los conciertos, es un mundo aparte. Thom Yorke es alguien complicado para NME”.
En un año en el que se anunciaba con insistencia la muerte del rock – o, al menos, se lo veía como victima de una enfermedad -, el apoyo masivo de Radiohead puede parecerse a la energía desesperada que brota ante la última oportunidad de desviar una trayectoria controlada. Para algunos, ya era muy tarde y esta unanimidad parecía ser uno de esos discursos entusiastas reservados a los muertos: algo así como una medalla honorifica al rock, pero a título póstumo. Para otros, en cambio, ese consenso alrededor de OK Computer era, sin duda, una señal de alarma que afirmaba que algo pronto iba a pasar. Q Magazine publicó: “Hay una especie de cruzada para asegurar el éxito de Radiohead. Todos necesitamos a este grupo, tanto la prensa como el rock”. Ed O’Brien mientras tanto, se lamentaba: “No nos consideramos como un grupo de rock. Nos sentimos más cerca de artistas como Portishead, Massive Attack, Tricky y PJ Harvey. No soporte ese fervor y ese costado evangelista que rodea a la idea de cruzada: Radiohead no tiene ninguna respuesta para dar”.
Para algunos, sobre todo para los seguidores del principio, OK Computer recibió de manera retroactiva la medalla de The Bends (95). Pero eso también tuvo que ver con el hecho de que OK Computer resultaba más difícil de asimilar. Frente a esas canciones laceradas y tortuosas, las malas lenguas dijeron: “Radiohead hace rock progresivo”. Pero no: es más bien el rock que hace progresos. El rock que, después de años de figuras impuestas, descubriría deseos furiosos de correr riesgos y moverse con mayor libertad. Carol Baxter, supervisora de Parlophone (la discográfica inglesa de Radiohead), explica: “Al principio trataban a Radiohead con ligereza. El quiebre llegó con The Bends, aunque la alfombra roja fue finalmente desplegada frete a OK Computer. La prensa ya no podía ignorar al grupo. De golpe, estalló el éxito y el disco se convirtió en un monstruo que crecía sin que nadie pudiera detenerlo: cada semana la banda recibía un disco de oro nuevo”.
Esa satisfacción, para bien o para mal, fue reivindicada por el grupo en sus inicios. Basta revisar, si no, una de las primeras entrevistas que dio Thom Yorke, publicada por la revista Curfew a principios de los noventa, no mucho antes de la edición de Pablo Honey (93), el álbum debut de la banda. “La gente dice que tomo mi música con demasiada seriedad, pero ésa es la única manera de llegar a algún lado. No nos vamos a quedar esperando. Soy muy ambicioso.” Nada de todo lo que pasó luego podía percibirse en Pablo Honey. Ed O’Brien ironiza al respecto: “Nuestro primer disco no nos dio nada, pero nos enseñó a no tener en cuenta la opinión de la prensa. ¿Cómo hubiéramos reaccionado, si no, ante la crítica que sacaron en Les Inrockuptibles, donde decían que seguíamos los pasos de los Pixies, excepto que ellos calzaban diez números más que nosotros? Por suerte algunas personas creyeron en nosotros a pesar de ese disco esquizofrénico”.
Para terminar, llega la palabra del director artístico de Parlophone, Keith Wozencroft: “Creí en ellos de inmediato, en su universo y su creatividad. Pero tuve que luchar para compartir mi entusiasmo: Para mucha gente era inaccesibles. Les di tiempo y espacio para desarrollarse, pero nunca pensé que llegarían hasta acá, no entiendo por qué venden tantos discos, sobre todo de OK Computer. Ellos tampoco lo entienden, además no lo deseaban: Estaban demasiado preocupados por preservar su anonimato y su libertad. Podríamos aprovechar el éxito y exprimir al grupo como a un limón, pero tenemos toda la vida por delante: OK Computer se venderá durante más de veinte años”.

Texto original por JD Beauvallet.
Publicado por Inrockuptibles Argentina, Noviembre 2007.

En este artículo, se habló de