14 de marzo de 2020

El hace ya varios años productor de Radiohead habla con la Academia de Grabación sobre Sister de Ultraísta, el regocijo de transformar zapadas en canciones y su evolución como instrumentista.
texto original por Ryan Reed – publicado el 13.03.2020

A Nigel Godrich le gusta hacer música que suena casi como si la pudieras ver. «Todo es muy visual para mi», dice en una entrevista reciente con la Academia de Grabación.
Ganador de varios premios Grammy y oriundo de Londres, el productor ha trabajado con nombres icónicos de la industria como Beck, Paul McCartney, Roger Waters y Radiohead, banda de la que es básicamente un sexto miembro en el estudio desde los 90. Cuando se trata de trabajar con artistas, Godrich viene con sus propias ideas.

«No me propongo dejar una huella, pero también decido qué quiero lograr con algunas cosas», dice. «Considero todos los proyectos como una colaboración en realidad. No intento lograr lo que otro quiere en realidad».

Con Sister, el segundo álbum de su banda Ultraísta, Godrich – que toca el bajo – continua dejando sus sellos distintivos: producción de alta fidelidad inmaculada, técnicas de arreglos experimentales, un delicado balance de lo que está programado y lo que se interpreta. Canciones y paisajes sonoros. De hecho, suena como algo que se puede ver – una pintura hecha con pincelazos atrevidos.

Como dice Godrich, un poco fascinado y también un poco avergonzado, el álbum llevó seis años en ser terminado – casi el equivalente a toda la carrera de estudio de Los Beatles. Y eso en parte se debe a la construcción en fragmentos del proyecto. Después de salir de gira con su primer álbum en 2012, el productor se reunió esporádicamente con la cantante Laura Bettinson y el baterista Joey Waronker para sesiones de zapadas que pacientemente moldeó y transformó en canciones terminadas. Cada músico estaba ocupado con sus respectivas carreras: Bettinson como solista, Waronker como sesionista y Godrich en el estudio y sobre el escenario con Thom Yorke. Pero cada tanto, el productor revisitaba las grabaciones y las moldeaba como plastilina y construía canciones a partir de bases de batería recortadas quirúrgicamente o líneas de bajo en bucle.

Bettinson y Waronker continuaron con sus vidas sin expectativas sobre cuándo aparecería el álbum. Pero el rompecabezas que Godrich armó se completó cerca de 2018. «Todo lo que sucedió en el proceso de este álbum .. es bastante absurdo», confiesa.

El productor habló con la Academia de Grabación sobre el proceso de más de seis años hasta Sister, el regocijo de transformar zapadas en canciones, su evolución como instrumentista y la reedición aniversario de Kid A de Radiohead.

Este material nació a partir de improvisaciones, una técnica que usaste en el pasado – por ejemplo en el álbum de Atoms for Peace. ¿Puedes explicarnos un poco el proceso? ¿Todos colaboraron con algo o era básicamente empezar con un lienzo en blanco?
Es cierto que es una técnica recurrente en lo que he hecho, con Thom e incluso Radiohead y otros. Esa fue la base de The King of Limbs y todas esas cosas raras. Es como meterte en la mentalidad de un estudio casero, en el que creas muchas cosas y luego vuelves a ellas y buscas cosas que funcionan. Es algo que estoy acostumbrado a hacer y es la manera más fácil de hacer canciones, en realidad, porque podés crear muchísimas cosas y no tienes que pensar mucho para hacer un montón de ruido.

Ultraísta salió de gira en 2012. Algunas de las ideas ¿vienen de ese período?
Nos dimos cuenta, al tocar más y más seguido, que había pequeños espacios entre las canciones y partes que extendíamos. Por la forma en la que teníamos dispuestos los equipos, podíamos hacer música en el aire. Nos metimos en mi pequeño estudio, en un sótano en Los Ángeles, y solamente zapamos, sin ideas previas. Sin ninguna base previa. Me resulta fácil crear un loop y un sonido de teclado y después Laura crea un loop de voz y Joey toca con eso – crear esos pequeños paisajes que después usamos como bloques. Pero los dejamos de lado por un largo tiempo.
También pasó que no funcionaron de la manera en que fueron diseñados.
Hay algunas cosas así. Quizá escucho un elemento y creo que es bueno, pero al final no funciona y entonces comenzamos la secuencia de nuevo. Pero la lluvia de ideas es una buena forma de trabajar. Este álbum se completó muy relajadamente. Podíamos tomarnos el lujo de tomar distancia y volver después a ver lo que habíamos hecho, y después alejarnos nuevamente para componer letras sobre cosas. Sucedió de muchas maneras, pero la idea central es básicamente lo que explicaste.

El desafío, sin embargo, era transformar esos pequeños fragmentos en canciones.
Es muy fácil hacer cosas cíclicas, pero indefectiblemente después tienes que ponerles algo de música, lo que significa pensar en cambios y acordes. Ese ejercicio se hace en otro contexto, y eso a parte es la que demora mucho: darle forma de canción coherente que atrapen la atención del oyente – que es algo que nunca antes intentamos. Esa es la mayor diferencia entre los dos álbumes. El primero se suponía sería cíclico; intencionalmente lo hicimos simple. Solo por cambiar, pensamos que esta vez sería bueno seguir estructuras más convencionales.

A diferencia de la mayoría de los proyectos en los que trabajaste, no tenías una fecha límite ni expectativa alguna. ¿En qué momento te impusiste esa fecha límite? ¿dijiste en algún punto ‘OK, tenemos el 75% del álbum listo, terminémoslo’?
Es una muy buena pregunta. Básicamente, esa pregunta se reduce al hecho de que podés pasar perfeccionando algo solo por un tiempo. Después inevitablemente pensás que si querés hacer algo, lo que sea, vas a tener que hacerlo. Ese momento ocurrió hace poco, probablemente un año y medio atrás. Es como decir, «OK, terminamos esto. Es injusto para todos seguir solo diciéndoles a todos que lo que hicimos está bueno y deberíamos terminarlo y lanzarlo». Tenemos mucha suerte de poder dejar las cosas de lado sin terminarlas. Es un privilegio acumular música que no está terminada. Eso fue lo que sucedió. De repente fue como decir «OK, si tengo este tiempo libre, me concentraré en este montón de cosas que tengo. Laura está en el mismo país». Terminamos las canciones y después le pedimos a Joey que les diera un último toque. Así fue como lo hicimos. Hubo mucho ocio durante seis años [risas]. No fue por no estar ocupados. ¡Para nada! Fue un período tan ocupado para todos, haciendo varias otras cosas. Fue un placer volver y terminar este material. Y ahora que lo tenemos, es muy divertido poder contarle a la gente sobre él y poder salir a tocar en vivo para promocionarlo. Es un momento muy feliz.

Estabas en una posición privilegiada como productor. Eras como el guardián de toda esta música. ¿Cómo reaccionaron los otros dos a eso? ¿Te venían a preguntar cada tanto qué progreso hubo?
No, para nada. Nos veíamos socialmente, de todas formas, así que éramos parte de la vida del otro. Honestamente, era más como si les estuviera vendiendo un auto usado: ‘chicos, ¿saben qué? esta canción es muy buena. ¡Les juro!’ Es así hasta el punto en el que todos nos concentramos en terminarlo. Somos afortunados. Algunos artistas tienen contratos con sellos grandes y tienen gente con mucho poder empujándolos a terminar un álbum para cierta fecha, pero ahora hay músicos que pueden hacer música en casa en sus propios estudios y vivir de eso si logran hacerlo. No existe una obligación; llevas tu propio ritmo. Es un fenómeno extraño que no existió antes. En los 60, la gente no dejaba de lada canciones a medio terminar por cinco años ¿no? Tenían una carrera. De hecho, la carrera de los Beatles duró lo que nos llevó producir un segundo álbum. No es algo de lo que deberíamos estar orgullosos, ¿no?

Es fácil olvidar todo el espectro cubierto por los Beatles en un período tan corto.
Esa es la vara que uso: mido las cosas comparándolas con la carrera de los Beatles. Solo fueron seis o siete años, en el estudio.

Desde el último álbum, te has presentado en vivo con Atoms for Peace y junto a Thom Yorke en los shows de Tomorrow’s Modern Boxes. Asumo que esa experiencia te cambió como músico – debes tener más práctica ahora en tus instrumentos y quizá eso cambió tu perspectiva propia como músico.
Tocaba cuando era adolescente y después colgué la guitarra por un largo tiempo. Pero recuerdo pensar y sentir, después de todo el tiempo que pasé en el estudio con otros artistas, que era un mejor músico cuando volví a agarrar la guitarra. Había mejorado. Fue algo extraño, no sé por qué. Había visto tantos grandes músicos y personas. En la primera gira de Ultraísta, estar en el escenario tocando fue una novedad. Desde ese momento, lo he hecho con Atoms y hasta con Thom ahora – soy una persona diferente de la que era hace 10 años, pero ciertamente tengo más confianza como músico frente al público. Creo que tocaba mejor cuando tenía 17, para ser honesto, por que tocaba todo el tiempo. Pero mentalmente, creo que tengo más confianza ahora. Cambiamos a lo largo del tiempo. Creo que somos capaces de desarrollar habilidades cuando somos grandes también – creo que puedo hacer cosas que no podía hace 10 años. Piensas diferente también. Una gran parte de estar en un escenario tiene que ver con como sientes. No sé – siento que puedo enfocarme más en eso ahora.

Me gustaría indagar en el proceso creativo de Sister. En la base de «Tin King» hay una línea de bajo hipnótica que está presente todo el tema. Ese riff ¿salió de todo el material que tenían grabado y comenzaste a construir a partir de eso?
El germen de ese tema sale de las zapadas para el primer álbum, pero en una versión muy muy primitiva. Lo único que sobrevivió a eso es la línea de bajo. Y la idea era escribir una canción con una sola nota. Es un ejercicio, como un juego de palabras; tres personas contribuyendo a la letra por separado, después elegir una nota y partir de ahí. Cuando volví al tema dije «OK, tiene que pasar algo. Tiene que haber una sección B». Por eso hay como una repetición en la letra y eso solidifica un poco qué está pasando y qué significa. Esas imágenes abstractas – son solo palabras. Es como un monólogo interior: «¿am I in the right hands?¿ am I in the right hands ?» Es curioso como uno puede darle su impronta a una serie de cosas y todo se acomoda. Lo otro que hicimos fue arreglar la segunda mitad de la canción para que pudiera despegar un poco. Para eso, escribí los acordes y los extrapolé desde la mitad en adelante hasta que llega a una especie de clímax, con la performance de Laura al final. De repente hay un arco y todo tiene sentido. Es una canción.

Ultraísta - Tin King (Official Video)

Me encanta el concepto de escribir la canción con una sola nota. La performance de Laura, como el bajo, tienen un efecto hipnótico.
Es una técnica que en realidad se usa mucho – y se abusa – al momento de componer. Es mejor cambiar acordes en lugar de la melodía a veces. Es curioso como funciona y lo convincente que suena. No pensarías que una nota mantendría tu foco, pero depende de lo que sucede alrededor de eso.

Hay cuerdas hermosas en diferentes puntos del álbum, pero el mejor ejemplo es el fragmento repetitivo en «Anybody».
Esa nació en una de las zapadas en mi sótano. Joey y Laura hicieron el loop de voces «I could be your anybody; I could be your nobody», que es la parte que grabamos junto a la batería. El bajo es parte de esa sesión también. Más o menos, ya existía y la arreglamos, le dimos forma. Tenía una sección instrumental genial en el medio a partir de donde sonaba como un paisaje de ensueño. Ese era el estado básicamente del tema. Cuando haces algo y pensás «algo realmente genial acaba de pasar», luchas para conservar ese momento construyendo la canción alrededor de eso. Laura después escribió la letra y las cuerdas fueron lo último, porque se sentía bastante vacía.

¿Cómo las grabaron?
Es una historia interesante. Mi amigo Xavier Veilhan, un artista francés, estaba representando a su país en la Bienal de Venecia; él construyó una instalación que era un estudio de grabación. Yo lo ayudé básicamente dándole el equipo. Fue como si montara mi estudio como parte de su exhibición. En fin, durante unas seis semanas hubo un estudio en Venecia al que invitaban artistas a participar cada tantos días – desde gente que venía de la electrónica más esotérica hasta gente más conocida. Como parte del trato, me dieron algunos días para grabar algunas cosas. Decidimos grabar nuestras cuerdas en la Bienal de Venecia, frente a la gente que entraba y salía.
La gente entraba, caminaba un poco hacia nosotros, miraba, parecía confundida y se iba. De alguna manera, nos las arreglamos para grabar sin que interfieran en la grabación [risas]. Es una historia que se pasa por alto, pero me parece muy buena. Fue una oportunidad para grabar las cuerdas nosotros mismos. Con las cuerdas de «Anybody», quería lograr algo que empuje al tema, repetitivo – al estilo de Steve Reich o Phillip Glass. Fue ejecutado por alguien. Suena difícil de tocar, pero alguien lo tocó. Es bastante matemático. Pero no es un sintetizador. Son diez personas tocando ese fragmento.

Si, suena a un sample en bucle o algo que es muy preciso.
Es una historia extraña. La historia que te conté nos sirve como evidencia, y de hecho me hiciste acordar con la pregunta.

Ultraísta - Anybody (Official Video)

La borradura de lo orgánico y lo sintetizado es algo que te caracteriza. Uno de mis momentos favoritos del álbum es la batería de Joey en «Bumblebees», porque el ritmo como que se invierte. Es desorientador pero muy funky.
Eso se debe a que en realidad estaba tocando otra cosa. La canción se construyó en base a él, y básicamente, está en reversa. A veces es un buen lugar donde comenzar – mover el acento de la batería una negra o una semicorchea antes. Lo que sucede es que, rítmicamente, las cosas se alteran y suceden cosas interesantes. Tienes razón, está al revés. Pero se supone que te desoriente. No hay nada más aburrido que un ritmo lineal. Se supone que mantenga a tu cerebro corriendo y lo hace. Toca de manera maravillosa, y eso es lo genial de él. En ese caso, puede que esté tocando para otra cosa que no se puede escuchar. Es un buen truco.

Tiene mucho sentido.
¡Lo arruiné ahora! Tienes que olvidar lo que te dije [risas] [Joey] es como trabajar con material en bruto. Verdaderamente, es un privilegio. No muchas veces puedes decir «mové esto acá, eso allá». Musicalmente, la base de «Anybody» nació de una zapada, pero es algo que recortamos.

Es un momento agitado para la familia Radiohead: Thom Yorke lanzó su tercer álbum el año pasado; vos tenés esto con Ultraísta ahora y Ed O’Brien va a lanzar su álbum pronto. Los fans de Radiohead han esperado mucho por su álbum – Ed es un innovador de sonidos. Sin embargo, cuando estás en una banda con alguien como Thom, no hay mucho margen para colaborar. ¿Lo alentaste a lo largo de los años o conversaste con él sobre sus canciones?
Si, por supuesto. Grabó demos y los escuchamos y hablamos sobre ellos. Tienes toda la razón: en Radiohead, la dinámica es bastante rígida y hay muchas personalidades fuertes. Pero tenés que entender que han estado juntos desde la escuela. Todos necesitan fortalecerse y dejar salir su creatividad y eso es parte de una autodefinición. Creo que él siguió eso, y me parece genial. Bueno para todos. Tiene una gira programada y es genial porque lo obliga a pararse al centro. Creo que está entusiasmado con eso.

Thom ha hablado sobre la preparación de una reedición aniversario de Kid A y sabemos que han estado mirando en los archivos para eso. ¿Estás involucrado en el proyecto?
No puedo hablar por ellos, pero todos estamos analizando las opciones. Tenemos mucho material de archivo, y hace poco lanzamos la Biblioteca Pública, que es una gran plataforma para todo eso. Más allá de eso, siempre hay planes de algún tipo, pero me temo que eso es todo lo que puedo decir por ahora.

– Terminemos con algo que no tiene que ver con nada. Participaste como Stormtrooper en Star Wars: Rise of Skywalker. ¿Cómo surgió eso?
Conozco a J.J. Abrams a través de un buen amigo mío. Edgar Wright. Pasé mucho tiempo con J.J, que es un gran fan de la música y también una persona muy amable y generosa, que me permitió cumplir un sueño de la infancia.

En este artículo, se habló de