18 de mayo de 2025

back in the game (yorke/pritchard)
La investigación sin fin detrás de Tall Tales

Tall Tales se siente antiguo y futurista al mismo tiempo. ¿Podrías indicar obras literarias, cinematográficas o musicales que influyeron directamente en la creación de este mundo?
Hay muchísimas historias y narrativas de lugares muy diferentes que inspiraron diferentes aspectos de Tall Tales, desde la historia real del náufrago Alexander Selkirk – que fue la inspiración original para Robinson Crusoe – hasta la historia de Sir Hector Monroe y el monumento que construyó en la cima de una colina en Escocia para darle trabajo a los campesinos que habían trabajado en sus tierras pero perdieron su empleo por la innovación en técnicas de agricultura. Algo como «Gangsters» fue inspirado de manera similar por el trabajo de Bruegel y Hieronymus Bosch, y también por MMOs como Red Dead Dedemption Online y Fortnite o PUBG. En términos de emociones, Mark y yo hablamos mucho sobre los shows en televisión para niños que hacía la BBC en los 70s y 80s – que llegaron a nosotros en Australia. Hay algo oscuro y perturbador en esas producciones, aún cuando tratan de ser divertidos y optimistas que recuerdo sentir cuando los veía de niño. Programas como T-bag, donde el personaje principal está atrapado y busca escapar de una realidad alternativa que constantemente cambia y está hecho en un estudio pequeño con iluminación bastante tétrica. Bastantes libros muy diferentes inspiraron directamente aspectos del film; uno de los más importantes es The Gallows Pole de Benjamin Myers, que es una ficción histórica que describe los eventos que rodean una banda de falsificadores de monedas en el siglo 17 en Inglaterra y fue también la inspiración de algunas letras de Thom y de muchos temas y elementos visuales a lo largo de Tall Tales. De hecho hice un pequeño zine que brevemente resume las historias y que estaremos entregando gratis en las proyecciones de la película. 

¿Qué tan conscientemente aparecen en la estética de Tall Tales elementos de tu historia personal o de tu ambiente – como el paisaje australiano?
Tanto Mark como yo somos del Reino Unido y como muchas de las historias que inspiraron Tall Tales están centradas en el Reino Unido, siento que el álbum existe dentro de esa geografía. Hay una conexión en términos de la historia de Australia como colonia británica; en particular, como un niño que creció en la considerablemente distante y aislada Australia occidental, las historias que escuché sobre motines y gente muy lejos de sus casas que se encontraban en tierras remotas.

¿Que implica tu proceso de investigación típicamente en proyectos como Tall Tales? ¿Explorás géneros específicos, archivos u otros recursos?
Podría compararlo con desenrrollar una cinta. Al comienzo puede ser difícil de encontrar el extremo del que tirar, y comienzas a usar tus uñas hasta que encuentras el extremo. Una vez que tienes la más pequeña idea o asociación para comenzar, simplemente veo a dónde me lleva. En el caso de Tall Tales, tenía la idea desde el comienzo – la historia de la estatua del Pensador de la cubierta, con la que di al menos una década atrás mientras investigaba modelos de escaneo 3D sobre una estatua de bronce de un pensador que había sido robada y cortada en pedazos para poder derretirlo, porque el material era muy valioso en la época por el boom inmobiliario en China. Hay tanto en una historia como esa, tantos hilos que seguir que te llevan en direcciones muy diferentes. A fin de cuentas, no nos faltan ese tipo de cosas en este proyecto y lo que me costó fue darme cuenta de cuando debía dejar de investigar.

15 años de alquimia sonora

¿Cómo se dio tu primera colaboración con Mark, y cuál fue la visión compartida que llevó a conectar su álbum Under the Sun con Tall Tales?
Mark y yo nos conocimos hace aproximadamente 15 años, a través de un tipazo que trabaja en Warp, Dom. Inmediatamente resoné con cómo Mark había explorado libremente una variedad enorme de géneros musicales a través de su carrera, cambiando de nombre con casi cada álbum que lanzó. Nunca me sentí en casa con alguna parte específica del mundo visual y siempre me gustó saltar e intentar cosas diferentes, por lo que inmediatamente tuvimos una conexión con eso. Realicé el arte para un número de EPs diferentes para él y luego trabajé en el arte de su increíble álbum Under the Sun. Una de las cosas que Mark apreció de ese trabajo fue que puse muchas de mis emociones en las imágenes, en lugar de intentar tomar referencias de la música; simplemente respondí a ella como otro ser humano. Terminamos realizando un film en 360 grados de 16 minutos para ese álbum y creo que ambos gustamos del proceso y nos emocionaron los tipos de emociones y respuestas que podíamos crear al combinar música y visuales. Desde entonces, hemos hecho algunas otras instalaciones y también una película en VR, por lo que era casi inevitable que continuáramos esas exploraciones en Tall Tales.

Las contribuciones de Thom Yorke a menudo se describen como enigmáticas. ¿Podrías decirnos un poco más sobre cómo su contribución le dio dirección a o marcó el tono de Tall Tales?
Todo lo que involucre a Thom siempre tiene una fuerte marca de su presencia, en la voz y en las letras. Creo que lo que siempre resuena es que son tanto crípticas pero a la vez puedes empatizar con ellas completamente. Ese tipo de abordaje impreciso a la realización es algo que nos atrae a Mark y a mí – no marcar una línea concreta y dejar mucho márgen a la interpretación subjetiva del trabajo. La palabra que siempre aparece asociada a la música de Thom es “ansiedad” y creo que ese es el nuevo elemento aquí, Es una emoción difícil de expresar, y creo que eso lo hace una emoción distintivamente moderna, Esa sensación de ansiedad permea mucho del proyecto pero viene en oleadas. 

¿Cuál fue tu enfoque al traducir las texturas sonoras de la música de Mark o el peso emocional de las voces de Thom en el mundo visual de Tall Tales? ¿Influyó la música directamente los elementos visuales, como el ritmo o la textura, del film?
Absolutamente, Mi objetivo principal en cada punto era expresar visualmente lo que pasaba musicalmente; todo lo demás está al servicio de eso. Creo que puede haber una tendencia en muchas realizaciones visuales para música que el mundo visual demanda mucha atención de parte del espectador y al hacer eso, te distrae de la música. Siempre me quiero asegurar de que dejo espacio para la música y para que el espectador sienta el espacio sónico en su totalidad. En este proyecto, jugué con diferentes cosas como el frame rate en diferentes canciones y también la resolución y grados de fidelidad, textura y detalle en las imágenes para destacar esos aspectos de la música. La producción de Mark es tan increíblemente precisa y pensé que sería imposible hacerle justicia sin tener en cuenta esos detalles. Es increíble como las más pequeñas cosas pueden darle vida a algo u ocasionalmente ser invasivos y convertirse en ruido visual. Fue difícil encontrar el equilibrio en videos como “Bugging Out Again”, “The Spirit” o “Wandering Genie”.

El riesgo en “White Cliffs” que convenció a Thom Yorke.

¿Hubo algun momento donde la colaboración entre los tres en el que tus ideas visuales y las visiones sonoras de los músicos divergieron? Cómo navegas y resuelves esas tensiones creativas?
No hubo muchas instancias divergentes y soy afortunado en que Mark y Thom relegaron lo visual en mí y me permitieron seguir cualquier dirección que considerara correcta. Habiendo dicho eso, siempre que tenían ideas o inquietudes, las tomaba en cuenta y cambiaba cosas que me daba cuenta tenían fundamentos. Es algo genial tener alguien más que es creativo revisando tu trabajo, especialmente cuando se trata de músicos porque la retroalimentación nunca se siente amenazante de la misma forma que se sentiría viniendo de otro artista visual. Por ejemplo, a Thom no le pareció correcta mi elección de la imagen general para “A Fake in a Faker’s World” y charlamos sobre lo que yo veía que representaba y lo que él veía y qué alternativas había. Su punto era válido pero a fin de cuentas conservamos el Rothko porque Mark pensó que más allá de las discusiones conceptuales, la imagen invitaba cierta emoción que era la correcta para la canción. Poder abordar el trabajo desde una multitud de perspectivas artísticas diferentes fue realmente útil.

¿Podrías compartir alguna anécdota específica de tu trabajo con Mark o Thom que sientes encapsula la sinergia (o fricción) única del proceso creativo combinado?
Para mi, hubo algunos momentos del proyecto en los que todo pareció calzar correctamente. Creo que uno de los clips que más me preocupaban fue el de “The White Cliffs”. Siempre sentí que era una oportunidad para usar algún truco aquí y allá, o crear algo que se sintiera novedoso en su abordaje, pero cuando hablaba con Mark sentimos que aunque había una oportunidad de hacer algo, a fin de cuentas sacrificaríamos parte de la simpleza que hace que funcione en un nivel más profundo. Sentía mucha aprehensión sobre compartir eso con Thom porque pensé que iba a odiarlo pero cuando hablé con él, recuerdo me dijo que normalmente no haría ese tipo de cosas pero en este caso sentía que funcionaba completamente. Ese tipo de momentos en el que encuentras un terreno compartido con tus colaboradores, cuando te sientes nervioso sobre la dirección que tomas porque te parece riesgosa, ese es el momento que supongo esperas en casi cada uno de los proyectos.

¿Cómo ha influido en tu enfoque para futuros proyectos interdisciplinares la experiencia de colaborar con artistas tan distintivos?
No creo que haya cambiado mucho mi trayectoria, honestamente. Realmente es el resultado de un conjunto bastante específico de circunstancias que no creo vayan a volver a presentarse pronto (aunque estoy trabajando en un proyecto con un colaborador de siempre y estoy muy emocionado al respecto). Creo que ha validado muchas de las emociones que he tenido sobre trabajar con músicos, sobre lo que quiero obtener personalmente de esas colaboraciones así como lo que hace que el proyecto funcione para todos. Supongo que me ha convencido de la idea de hacer cosas mayormente por fuera del marco de la producción audiovisual tradicional, de tratar esas piezas como obras de arte y no productos de marketing o de arriesgarme y de los beneficios de trabajar duro.

Dejar la isla: la felicidad autocontenida de una fantasía de 5 años

¿Cómo presentan típicamente un proyecto visual tan especial como Tall Tales a una audiencia que quizá no conozca tu trabajo previo?
Con suerte no tendré que preguntárselo a nadie por el momento! Es algo difícil pensar formas de explicar el trabajo y de dónde provengo. Creo que la analogía más útil que ha usado es que se siente casi como entrar a un museo donde cada cuarto es una instalación en lugar de pensarlo como una película tradicional.

¿Ves a Tall Tales expandiéndose a otros formatos, como una película propiamente dicha, una experiencia interactiva o un proyecto de realidad virtual?
De hecho desarrollamos adaptaciones de casi todas estas ideas opciones para instalaciones en galerías físicas pero no creo tengamos la chance de llevarlas a cabo. Una de las cosas que aprendimos al trabajar en esto es que es muy difícil lograr un compromiso de recursos o energía de parte de nadie y es probablemente mejor depender de nosotros mismos para llevar a cabo estas ideas.

Mirando el futuro, ¿hay más episodios o desarrollos planeados para Tall Tales, o lo consideran un proyecto terminado?
No puedo hablar por Mark y Thom, y en un nivel puramente egoísta – como fan de la música – me hubiera gustado que hagan más pero creo que desde mi perspectiva, Tall Tales es un proyecto terminado. Fue muy bueno hacer algo que se sienta auto-contenido, algo que es bastante extrano en proyectos musicales y que siempre evoluciona en varias iteraciones. Después de 5 años, estoy feliz de abandonar la isla.

Segunda parte de la entrevista publicada por Motiongrapher a Jonathan Zawada el 8 de Mayo de 2025
Texto original por Fermin Cimadevilla

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