2 de marzo de 2009

(c) Kevin Westenberg

Durante varios años, tantos como para desesperarse, las posibilidades de ver a Radiohead en vivo terminaban naufragando en un mar de rumores. Sin embargo, a partir de In Rainbows – el disco que pateó el tablero de la industria -, Thom Yorke y los suyos modificaron el itinerario de sus giras.
Este mes, por fin, llegan al país. Aquí repasan su último trabajo.

A fines de este mes, finalmente, llega Radiohead para tocar en nuestro país. Tal vez sea el concierto de rock que más expectativas acumuló durante estos últimos diez años. Mucho tiempo se ha esperado para ver en vivo al quinteto de Oxford. Tal vez doce años, si se toma como punto de partida OK Computer (1997), el disco que disparó al grupo a la cima del rock mundial. O tal vez más de quince, sobre todo para aquellos que quedaron imantados desde el principio con Pablo Honey (1993) y su caballito de batalla, el tema «Creep». Por esto, y a pesar de las entradas a precios excesivos, su visita siempre es una buena noticia.

En esta entrevista, inédita en nuestro país, realizada unos meses después de la salida de In Rainbows (2007), su último álbum, el cantante Thom Yorke y el guita revista Ed O’Brien explican un poco las artimañas y los replanteos que envolvieron al disco y su lanzamiento. No pasaron ni siquiera dos años, pero ya da la impresión de ser un hecho histórico. Y lo es: el 10 de octubre de 2007, el día en que Radiohead lanzó In Rainbows (el primero después de Hail to the Thief, de 2003), el mundo de la industria de la música dejó de ser el mismo. La banda, entonces, sorprendida a todos – compañías discográficas, medios y fans – lanzando su disco únicamente para descargar de Internet. Y eso no era todo: le propusieron a sus seguidores fijar ellos mismos el precio, sin dejar de ofrecerles la posibilidad de adquirir para Navidad una edición de lujo, costosa y limitada, a modo de boxset, vendida por correspondencia.
Este método – que salteaba los servicios de las disquerías y cargaba todo sobre las espaldas del grupo y su management – hizo mucho ruido, desde los noticieros a los periódicos económicos. Y puede que esto haya eclipsado ligeramente la majestuosidad misma del disco, su elegancia fundamental. Así, además de utilizar métodos de distribución inéditos y revolucionarios – de esos que sólo ellos pueden permitirse -, Thom Yorke y los suyos entregan al mismo tiempo un disco cargado de duda y melancolía, compuesto a la antigua, sin durar más que el tiempo necesario (es decir, el de las dos caras de un vinilo). Linda paradoja en la era de lo digital, cuando lo inmaterial predomina cada vez más en la música. Claro que el álbum también tuvo su formato clásico, en CD, puesto en las bateas el 31 de diciembre de ese mismo año. ¿Lo hicieron para que los viejos fans pudieran tenerlo en sus estantes? Quizás. Pero el gesto también sirvió para señalar el hecho de que, sea cual sea el formato o la manera de comprar, un disco existe antes de todo eso. Un disco es un momento de música, que requiere una inversión – financiera y afectiva – del oyente.

ENTREVISTA

In Rainbows (2007) se ha convertido en uno de los discos más escuchados de los últimos años. ¿Qué consecuencias se puede esperar de un álbum que salió antes por internet?
TY: Cuando el disco salió por internet, en realidad, no pasó nada especial para nosotros: cada uno estaba en su casa, esperando… Recién unas semanas más tarde sentimos la necesidad de hablar de eso. Fue una situación extraña, que invertía el orden habitual de las cosas. Pero en ese momento resultó más bien agradable explicar lo que habíamos querido hacer en este disco.
EOB: Fue especialmente agradable porque no tuvimos que volver a enfrentarnos a esa típica y aterradora pregunta que los periodistas hacen cuando recién sale un disco: «¿podrían explicarles a sus seguidores como es este disco, a qué se parece y como suena?» ¡Qué liberación!

– Cómo tomaron las distintas interpretaciones del álbum?
TY: A esta altura, sinceramente, ya no leemos nada de lo que se escribe sobre la banda. Nunca leemos nada de eso. Nada de nada. Ninguna crónica, ningún análisis. Lo que sabemos es lo que nos enteramos durante las entrevistas, a partir de lo que nos repiten los periodistas, cuando nos preguntan a propósito de algo que fue escrito o comentado.
EOB: Aparentemente hubo increíbles elucubraciones en torno a este disco… Teorías desarrolladas por los círculos de fans más extremos, aquellos que escuchan el disco al revés con tal de encontrar así ciertos indicios (risas).
TY: Mi estrategia consiste en confirmar todas las interpretaciones. Le digo que si a todas las hipótesis. Porque, después de todo, no quiero disgustar ni contrariar a nadie..

– ¿Cuánto habrían pagado por descargar este disco si no fuera el suyo?
TY: Voy a generar problemas si digo que bajé mi disco sin pagar… Es que ya no tenía más copias y me faltaba una para mi madre (risas).
EOB: Yo habría pagado unas 5 libras (25 pesos). También pensé en comprarme diez ejemplares de la edición especial limitada para ver si así me hacen un descuento en las otras (risas)

– Al final ¿fue importante sacar In Rainbows también en CD?
TY: Extremadamente importante. Era una de las condiciones para poder actuar del modo en que lo hicimos. Hay dos razones de por medio. La primera es que no estamos de acuerdo con la idea de que internet sea la solución al problema… De hecho, tampoco estamos de acuerdo con esta cosa ideal de querer que exista un mundo paralelo, el mundo virtual de internet en el que todas las cosas supuestamente son mejores. Y la segunda razón es que tampoco nos gusta la idea de trabajar tan duro en un álbum para que luego nadie pueda tener un ejemplar original. Queríamos que las personas también pudieran tener este disco, así como tienen nuestros discos anteriores. Evitar la edición en CD nos parecía tonto y obtuso.
EOB: Recuerdo que Nigel Godrich, nuestro productor habitual, se enojaba todo el tiempo mientras grabábamos el disco… Decía sin parar: «Odio esa mierda de internet».
TY: Si, pero al mismo tiempo se pasaba horas leyendo los comentarios que daban vueltas en la Net. ¿Para qué hacerlo? ¿De qué sirve leer todo eso? No hay que confiar en lo que escriba alguien que no dice las cosas en la cara.

– Lanzarlo primero en mp3 ¿fue una manera de buscar que las cosas alcanzaran otra escala?
Una de las condiciones imperativas para continuar con la banda era hacer este disco a un ritmo y en una medida que nos sea posible controlar. No queríamos volver a sentir nos parte de una entidad que se vuelve más grande que nosotros mismos, a la cual sólo servimos para alimentarla. Cuando decidimos sacar In Rainbows en mp3. sólo había diez personas involucradas, todas sentadas alrededor de una mesa, en mi casa.

– El formato ¿alteró en algo la producción o la composición del álbum?
Para nada. No fue un problema en la composición y no afectó en nada el resultado final. El problema era encontrar la manera más adecuada para que los temas fueran bien en conjunto: esto parece simple al decirlo, pero hacerlo es una puta pesadilla. Porque, reproducidos en un determinado orden, los temas de este disco pueden resultar poco soportables y muy pesados de digerir. Entonces, en este caso, decidimos optar por el modelo clásico de discos de cuarenta y cinco minutos, incluso menos, como algunos discos de Marvin Gaye. Creo que así se expresan cosas más impactantes, a las que el oyente vuelve y le dedica tiempo, una y otra vez. Si no, las cosas toman mucho tiempo, se alargan y, al final, pierden interés. La idea es que todavía sea posible sumergirse en un disco.

In Rainbows a medida que avanza se va volviendo más melancólico. En ese sentido, se diferencia bastante de su antecesor, Hail to the Thief (2003).
Sí, de alguna manera es un poco así. Pero también queremos comenzar el disco con algo muy enérgico, ya que estuvimos ausentes durante mucho tiempo… Teníamos que encontrar una puerta de entrada para la gente. Era necesario hacerlo, del mismo modo que eran necesarios ciertos momentos de calma en el interior del disco. La idea, por supuesto, era realizar todo esto de la mejor manera posible, sin dejar de ser coherentes en ningún momento.
Incluso quiero ir un poco más allá: espero que, tras llegar a cierto punto de la escucha, las personas se encuentren totalmente perdidas, sin saber realmente a qué aferrarse. En este caso, particularmente, esperaba que el disco ponga a los oyentes en un estado de ánimo abierto a todas las posibilidades

– Resulta, en todo caso, un disco menos enfadado o menos disgustado con su época..
Si, pero ignoro por qué.

– Es más íntimo ¿porque hizo falta más tiempo para hacerlo?
EOB: Creo que es el tiempo de la vida lo que se nos impuso. Volví a escuchar The Bends y me impactó notar hasta qué punto ese disco era furioso, quejoso, con muchísima energía, pero enormemente habitado por la furia. Había mucho de eso en Hail to the Thief. Pero para este disco la furia no era la emoción más adecuada. Una de las cosas que me encantaron de las palabras de Thom, por ejemplo, fue su intemporalidad. Las primeras líneas de «House of Cards», «no quiero ser tu amigo/ sólo quiero ser tu amante», podrían ser tomadas de una canción de Sam Cooke, de Stevie Wonder, de Prince. Esas palabras pegan justo, y encima en algo muy intimo.
TY: Hail to the Thief intentaba iniciar una pelea, un combate. Pero las cosas cambiaron en la grabación de In Rainbows: estaba muy cansado de absorber el mundo exterior en nuestra música. Y la naturaleza intima de este disco es una suerte de respuesta personal a un extraño clima de miedo generaliza do. Es nuestra manera de cerrar los postigos, de dejar que nuestro instinto de supervivencia nos guíe: no confiar en nada ni fiarse de las personas alrededor de uno.

– ¿Fue fácil de cumplir? ¿Qué había profundamente diferente esta vez?
Trabajo con lo que tengo, compongo con lo que está al alcance de la mano. Por el momento, ya tuve más que suficiente con copiar y pegar. Pero también tuve bastante del «flujo de conciencia», bajando mis pensamientos sobre hojas y hojas. En esta ocasión, el primer impulso se impuso la mayo ría de las veces. Es sin dudas la primera vez que me entrego tanto a mi instinto. Generalmente, las canciones toman tiempo en salir, pienso mucho en su significado. Esta vez, intenté evitar este proceso y escupir todo, hacer salir todo de golpe. Lo que temía cuando hacía las entrevistas era tener que dar explicaciones de todas esas cosas escritas espontáneamente.
EOB: Hubo momentos muy similares a otros anteriores. Pero era evidente que había cosas diferentes desarrollándose ahí. Y fue de repente, durante las entrevistas, que comprendí, escuchando a Thom expresarse, analizarse, que realmente había cambiado las cosas, pero también que esta vez no quería explicar mucho sus textos. Personalmente, me llegaron mucho las palabras de este disco, porque tratan de la condición humana y alcanzan lo universal: después de todo, no somos diferentes de las demás personas.

– Después de todos estos años, ¿sigue siendo una alegría grabar un disco?
Esta vez, durante las primeras sesiones, sufrimos una verdadera falta de confianza en nosotros mismos. Había menos momentos divertidos que de costumbre. Teníamos de todas maneras la voluntad de trabajar muy duro. Pero realmente no teníamos bases sobre las que descansar. Dudábamos muchísimo. Desde OK Computer, nos volvimos muy buenos en el ejercicio de darle tiempo a las decisiones, no retrasarse en partes de los temas, en no perder el hilo de la canción. También entendimos al final de las sesiones que teníamos que tener confianza en nuestros instintos y sentimientos profundos des de el principio: es lo más importante que aprendí durante la realización de este disco.
TY: Cuanto más arrastramos las cosas, más tenemos la sensación de estar en un vacío intersideral. Más precisamente, Nigel nos tuvo que sacar de la mierda cuando nosotros estábamos muy hundidos. Incluso cuando no sabíamos si teníamos ganas de seguir. Desde luego, estaban las canciones que nos gustaban y que teníamos ganas de terminar, pero sin estar seguros de poder lograrlo. En un momento creí estar maldito, atrapado en un torbellino infernal. Nigel nos empujó muy seguido a acabar con eso, a terminar las cosas. La mayoría de las veces dábamos con una buena idea y no nos ocupábamos, queríamos retomarla al día siguiente, o en la próxima sesión. Afortunadamente, Nigel estaba ahí para decirnos que ese era el mejor momento para terminar el tema, no mañana, ni otra vez.

La edad ¿tuvo que ver con esta crisis?
Desde luego. Nos tomamos una pausa larga y cada uno pudo darse el lujo de pasar tiempo en el seno de su familia, de ver a nuestros hijos nacer y crecer. El primer mes que entrás en ese estado de ánimo, todo el resto se borra y ya no estás seguro de la realidad que precede, de la otra vida. Para cada uno de nosotros, hay una estricta separación entre la vida privada y la de músico: no deseamos ni queremos mezclar las dos. Cuando estoy en familia me olvido de todo, y muy a menudo me hago preguntas del tipo: «¿Realmente hice todo eso? ¿realmente en algún momento de mi vida fui parte de una banda conocida?». Pero bueno, en un momento, incluso nuestras familias nos insisten para volver a salir de gira: «Vamos, anda a tocar un rato; dale, volvé a trabajar.»
EOB: Cuando estamos con la familia, todo es para la familia. Y cuando estamos con la banda, todo es para la banda. Cuando regreso de las giras, vuelvo a casa, olvido lo que acaba de pasar y ¡me entrego a la vajilla! Pero al mismo tiempo resulta difícil separar todo, no dejar que una parte de la vida nutra a la otra. Es una lucha.

– ¿Esto no implica cierta esquizofrenia?
TY: Sí, por supuesto (risas)

Entrevista original por Joseph Ghosn. Publicado en Inrockuptibles Argentina, número 133 – Marzo 2009.

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