¿Quién te expuso al canto?
¿qué querés decir?
¿Quién o qué te hizo darte cuenta de que era algo que querías hacer?
No quería hacerlo
¡Bienvenido al club! [risas]
Siempre esperé que alguien más lo haga porque no me veía como una persona que puede ponerse delante de un micrófono. Cuando tenía unos 8 años, decidí aprender a tocar la guitarra y le dije a mi primer maestro de guitarra que quería ser una estrella de rock. Me gustaba mucho Queen, pero nunca me ví como Freddie Mercury; siempre tuve a Brian May en mi cabeza, sorprendentemente. Y eso cambió porque no pude encontrar a nadie que lo haga [risas] No encontré nadie que cuadre con el trabajo. Sucedió así porque había empezado a escribir mis propias canciones.
¿Cuándo apareció eso en el horizonte?
Probablemente cuando tenía 13 o 14 años. EStaba en la escuela y estaba empezando a escribir mis canciones y a grabarlas usando mi propia voz; hasta llegué a repartir algunas cintas. Pero en ese momento pensaba en conseguir a otra persona que las cante. Después empece a cantar más porque la banda comenzó a formarse. Pero mi primera experiencia real diciéndome a mi mismo «OK, sos un cantante» no fue en esa situación.
¿Cuál fue la situación?
El director de música de mi escuela me apoyaba completamente. No podía leer partituras, así que normalmente me hubieran rechazado pero él vió algo en mí. Me dijo que debería tomar clases de canto para proteger mi voz porque la estaba forzando…algo muy común en la gente que nunca cantó antes.
¿Tuviste clases de canto en la escuela?
Mi profesor de canto era el opuesto en lo que se refiere a gustos. Me hizo cantar Schubert y yo no entendía lo que pasaba. O sea, podía ver que las notas iban creciendo o decreciendo, pero estaba en maldito alemán. Pero curiosamente, disfruté del desafío de tener que hacer algo tan estructurado y clásico, con una técnica específica para usar mi cuerpo. Hice un recital con una pieza de Schubert delante de unas 20 personas y esa fue la primera vez que me dije a mi mismo «supongo que ahora soy cantante», porque a la gente realmente le gustó o mejor dicho, me sorprendieron los sonidos que salían de mi. No lo esperaba.
Cuando comenzaste a cantar ¿emulaste a alguien?
Oh si! [risa]. Por muchos años, debería decir [risas]. Mayormente fue Michael Stipe, y a veces un poco a Morrissey. Emulaba a muchos cantantes con registros graves. Me gustaba la voz de David Sylvian, pero mi registro no llegaba; era mucho mas alto. Era un poco cómico cuando intentaba cantar así.
¿Cómo encontraste tu propia voz?
Me llevó años. La lección más difícil fue aprender a ser yo mismo. Es como probarse muchos disfraces. No había chance de cantar como Michael Stipe porque mi registro no era el mismo y no soy de Georgia, pero admiraba la forma en la que componía letras, así que tomé bastante de eso de él. Pero siempre sentí que mi registro era incómodamente alto o extraño, o que mi voz era muy suave. Cuando tenía 18, me tomé un año para grabar música; después envié la cinta y gané algo así como «demo del mes» en una revista gratuita. La reseña preguntaba quién era este tipo, «suena como Neil Young!». Yo me pregunté quién era Neil Young [risas]. Nunca había escuchado nada de él, así que fui y compré After the Gold Rush y solo podía decir «wow, ¿está bien sonar así?», porque es un poquito más alto que mi voz pero tiene una suavidad e inocencia que siempre intentaba esconder. Después de eso pensé que no necesitaba esconderla.
¿Tuvo eso un efecto en la forma de encarar las voces?
Me llevó un par de años después de eso, porque como empezamos como una banda de rock, lo que importaba era la energía y la fuerza. Me llevó tiempo darme cuenta de que no necesitaba hacer eso. Mientras hacíamos el segundo álbum, fui a ver a Jeff Buckley antes de que muera. Otra vez, me pregunté si estaba bien hacer eso… y me recordó que hay una parte vulnerable en mi que intentaba esconder. Recuerdo que grabé «Fake Plastic Trees» solo primero. Después, cuando nos juntamos a escucharla, todos me decían que querían usar esa toma, y yo solo pensaba «no no no, no podemos usar eso, es muy vulnerable. Es mucho de mí» [risas].
Años atrás, leí un artículo que decía que cuando escuchaste la grabación de esa canción, te afectó tanto que comenzaste a llorar porque sonaba vulnerable ¿es cierto?
Si, absolutamente. Cuando grabas, experimentas ciertos sentimientos pero a lo único que no prestas atención es a ti mismo; no estás consciente de tu identidad, un poco como cuando meditas. Incluso cuando reproduces la grabación, si lo interpretas bien, sientes algo que va más allá. No eres consciente de tu propia vulnerabilidad; te pierdes en lo que haces y luego regresas. Es como verte al espejo por primera vez, desprevenido. Es una sensación extraña, pero al mismo tiempo grabar voces se ha transformado en eso para mi. Cuando estábamos haciendo OK Computer, pensaba que debía estar completamente borracho para grabar voces para no dudar de mí mismo. Pero solamente sonaba como un borracho. Semanas de voces desastrozas hasta que dejé de tomar. [risas]
Quiero escuchar la versión alternativa de OK Computer con voces ebrias.
¡Para nada! Recuerdo estar completamente destruído y tratando de cantar «Let Down». Dios, ¡un horror!
¡Esa es una buena para cantar borracho!
[risas] ¡para nada! ¡Tienes que ser muy preciso! Pasas la mayor parte del tiempo – probablemente como los actores – tratando de encontrar una manera de no dudar de ti mismo y sea solamente cantar. Para sonar creíble, muy similar a un actor, tienes que borrarte. No analizar lo que haces es una parte muy importante de esto.
¿Cómo evitas ese sobreanálisis?
Es una sensación extraña. Tienes mucha preparación, como algo físico para lo que debes prepararte y analizar y después, para cuando grabas, debes olvidar por completo. Es lo que hacen los atletas; para alcanzar cierto desempeño se preparan pero después no piensan al respecto. Siempre siento que las mejores tomas de voces son esas en las que te borrás completamente, en lo que se refiere a tu identidad; Neil Young es un ejemplo clásico. En esos álbumes de los 70s te da la sensación que fue un momento [chasquea los dedos] y después pasó. Quizá hizo 5 tomas, y después eligieron una. Así solía trabajar – cinco, seis, siete como mucho. No podría precisarte qué es lo que cada toma tiene, pero Nigel [Godrich] puede. Usualmente una emoción se deja ver aunque no quieras, a pesar de todo lo técnico. «¿Está afinado? ¿es la entonación correcta?». Algo más se deja ver.
Si está un poquito fuera de tono pero hay emoción, ¿qué tan específico te ponés?
Trato de no preocuparme por eso. Cuando comenzamos a grabar con Nigel, acordamos tratar de dejar tantos errores como sea soportable si es que ese algo más estaba ahí. Ocasionalmente reajustas una nota, pero eso es todo. Tratar de mantener lo humano y lo real tanto como se pueda.
Mi guitarrista y yo lo llamamos «eso». Hago una toma y le pregunto qué le parece; él me dice «estuvo bien técnicamente, pero no tenía eso».
Eso es más o menos lo que quiero decir, si. No es frecuente que en la primera toma de voces todo vaya bien técnicamente. Es como tomar una tiza y decir «pues, va a sonar así»; es como que tenés que idear el producto final, alejarte por unas semanas, familiarizarte de nuevo con la idea final y hacerlo bien, porque hay un nivel técnico que debes alcanzar; pero si después cometes algún error, «si llamas un error a eso, entonces, bueno!».
¿Recibiste clases después de la escuela?
No, eso fue todo. Básicamente, el tipo me enseñó cómo ajustar y abrir mi garganta, y a cantar para la parte superior de tu cabeza. Eso fue suficiente. Una vez,, me fui a España y me quedé con Björk, que estaba grabando; me desperté el día que debíamos hacer una sesión y ella estaba haciendo escalas, pero muy fuerte, a primera hora de la mañana. Bajé las escaleras preguntándome qué carajos era eso. Nunca había hecho escalas en mi vida. Ella había perdido la voz unos meses antes, y eso me hizo pensar que yo sabía como hacer escalas.
¿Haces precalentamieto vocal?
No todos los días, pero cuando estamos de gira es super importante hacer precalentamiento y relajamiento. Si precalientas, sabes dónde están tus puntos flojos antes de arrancar; «OK, algo no anda bien aquí…no puedo forzarlo hoy». Te pones un poco nervioso pero al menos no te sorprende en medio del recital. Muchas veces, la tensión del cuerpo afecta la voz y soy muy afortunado de tener un quiropráctico en las giras conmigo que [imita el ruido de huesos crujiendo al reacomodarse] en mi cuello a veces, y después [haciendo un sonido de alivio enorme]. Es una sensación asombrosa cuando tu voz se abre solo con eso; es increíble. Pero esto sucede cuando estás de gira por mucho tiempo; necesitas alguien que te arregle si no tienes cuidado, como yo.
Es genial tener eso.
Lo gracioso es que ahora que dejé de beber en exceso o de sobrepasarme ¡me siento mucho más saludable cuando estoy de gira! [risas] Porque hay alguien que me cuida. Espera, debo ir a abrirle la puerta al gato [abre la puerta, le dice al gato «no te quedes ahí»].
¿Te sientes nervioso o confiado antes de un show?
Comencé a sentir nervios años después, cuando comenzó a sentirse real – cuando firmamos el contrato, cuando tocamos en el Astoria de Londres, por ejemplo; sentía pavor. [risas] O cuando tocamos en el Arsenio Hall. Sentía que era un campo minado; hacer TV es una pesadilla, y te pones super nervioso. Es en vivo, así que no puedes hacer otra toma; algo siempre sale mal, y no es algo menor, porque estás super revolucionado y si cometes un error te frustras muchísimo; «¡mieeeeeeeeeeeeeeerda! ¡lo hice muy mal! ¡mierrrrda!» [risas] Y no puedes hacer nada. Si, eso me pone nervioso; me preocuparía si no me pusiera nervioso, de hecho. O sea, a veces puedes mantener la calma pero no muy seguido.
Cuéntame más sobre los precalentamientos vocales que haces
Me preparo mucho antes de un show. Literalmente tengo mi propio espacio cuando estamos de gira; me averguenza un poco a veces, pero tengo mi propio cuarto. Hago yoga también porque, como dije antes, el cuerpo y la voz están muy interrelacionados, por lo que si el cuerpo está relajado, la voz también. Además, el yoga me ayuda a prepararme si algo sale mal sobre el escenario.
¿Como qué?
Situaciones de mucha presión, como un festival en el que tu equipo de retorno deja de funcionar o comienza a emitir ruido blanco; debes poder reaccionar, mantenerte calmo mentalmente, no solo vocalmente. Van de la mano porque si te tensionas, la voz también. Y si tu voz se tensiona, tiendes a exigirte y eso tiene consecuencias. En pocas palabras, lo que sea necesario para poder mantenerte abierto.
¿en qué consiste tu precalentamiento?
Unos 10 o 15 minutos de escalas. Más que hacer escalas mayores y menores, me fuerzo a intentar y aprender escalar extrañas. A Jonny le encantan, y un poco me las pegó.
¿Tienes otros rituales antes de salir al escenario?
Medito por unos 20 minutos si puedo. ¿Qué más? me paro de cabeza
¿En serio?
Si. Por unos 3 o 4 minutos. Después tengo que correr [risas] Nunca me hago suficiente tiempo para todo esto y después ando «mierda, ¡cámbiate! ¡muévete!». [risas]
Mencionas que también haces ejercicios de relajamiento después del show. ¿Qué haces?
Bastante antisocial. Simplemente me canto en voz baja para mí mismo. Escalas, o alguna canción que tenga en mente; no importa. Es simplemente cantar suavemente y dejarlo caer; eso es lo que importa. Además, resistir la tentación de aceptar la primera bebida que alguien me pase…al menos por 10 minutos.
¿De qué otras formas cuidas tu voz durante la gira?
Trato de no excederme. El aire acondicionado es letal; muy letal. El aire acondicionado en los buses es terrible. No hay forma de escaparse porque en ciertas ocasiones no tienes escapatoria a estar en un ambiente climatizado. La única manera de contrarrestar eso es tratar de encontrar algunas horas del día para estar en lugars sin aire acondicionado; incluso si es simplemente una caminata alrededor de tu casa. De otra forma, es ridículo cuánto tiempo puedes pasar en un ambiente climatizado sin darte cuenta.
Cuando comienzas a sentirte enfermo, ¿qué haces?
Entro en pánico. Trato de dormir tanto como puedo. Tengo unas pastillas geniales llamadas Vocalzone. No sé qué tienen, pero son geniales; solo como una especie de mantenimiento de rutina [se toca la garganta] «Oh, se siente un poco dolorida» [espera un segundo, después imita tomarse un paquete entero de pastillas, quebrando en risa]. En términos de rutina, se supone que debes tomar muchos líquidos calientes, y nada de lácteos. Los lácteos son letales. Mierda, esto es lo más nerd que me he puesto sobre mi voz [carcajada]. Son todas cosas que no me molesto en comentarle a nadie, salvo a mi tour manager. [simulando llorar] «¡necesito más Vocalzone!». Por cierto, siempre me resisto a tomar esteroides. Algunos cantantes parecen tomarlos todo el tiempo cuando salen de gira. No estoy para nada de acuerdo.
Si, es algo peligroso también.
Muy peligroso. Por suerte, las cosas han cambiado, pero en Estados Unidos siempre pasa que el organizador conoce un doctor, y el doctor viene y te dice que estás bien, pero que tomes esto. Y siempre es un esteroide extraño que al tomarlo empiezas a saltar en el cuarto y quieres matar a todos; te pone super agresivo. Dejé de aceptar esos tratamientos porque no confío en esos idiotas.
«El organizador conoce un doctor». Seguro que es para tu bien [risas]
Si no puedo cantar, no puedo, y es obvio. Y digamos que igual haces el show enfermo… lo único que pasa es que tienes que cancelar los próximos cinco. De hecho, eso es lo peor de ser cantante, punto. Todo lo demás, me encanta; tiene un efecto genial en vos. Pero lo que odio con todo el alma es cancelar shows o, peor aun, pensar que puedes hacerlo, convencerte que puedes y después pierdes la voz a medio concierto y debes bajarte del escenario. Me pasó solamente tres veces. No hay nada peor.
Cuéntame de uno bueno.
Uno en Australia, frente a 12 mil personas. Tuve que bajarme del escenario y me sentí muy mal. En algún punto te perdonas; te dices «¿sabes qué? eres un ser humano». Pero en ese momento, mucha gente no lo entiende. Incluso cuando Ed volvió al escenario y dijo «lo lamentamos mucho, pero no podemos seguir», la gente empezó a abuchear como diciendo «¿es en serio?».
Porque creen que estás teniendo un momento de diva o algo…
Si. ¿Parecemos los Guns’n’Roses? [risas] ¡Vamos!
¿Hay canciones con las que te preguntas si tu voz está preparada esa noche?
Algunas de los primeros álbumes. Lo que pasa es que las voces caen en su registro. Una vez conocí a Neil Young; me contó que algunas canciones de los comienzos de su carrera eran complicadas porque cantaba más alto y me pasa lo mismo ahora. «Creep» es un hijo de puta; la parte del medio. Aunque podría hacer un falsete, trato de no hacerlo. Cualquier cosa que tenga un Sol alto, o más alto que eso, se siente un poco complicado estos días.
¿Hay alguna canción que tengas que bajar el tono?
No, todavía no llegué a eso. Espero que no pase porque – en términos de guitarras – sería una pesadilla.
Cuéntame de algún problema que te dio mucha vergüenza
[risas] Una vez, tocando en San Francisco .. un lugar abierto muy bonito, Shoreline. Fue un show genial, en serio; el público fue maravilloso. Justo antes del último bis, me fumé un cigarrillo de marihuana con Jonny. Volví al escenario y cuando tocamos «Everything In Its Right Place» me perdí completamente. Creo que canté el segundo verso primero y después me la pasé mirando al teclado pensando «¿qué carajos es esto?» [risas] Después, en el segundo verso, me di cuenta de que ya había cantado eso y miré alrededor … todos me miraban como diciendo «sacános de esta». Seguí tocando el riff, mirando al público cantar todos las canción; yo trataba de leer sus labios y no entendía nada. Estaba tan pasado que simplemente me levanté del teclado [hace el gesto de rendición con las manos] y me fui [rie a carcajadas]
Eso es increíble, porque ¡la canción tiene como tres lineas de letra!
Exacto! [más risas] no es física cuántica.
¿Recuerdas alguna presentación que te sorprendiste a vos mismo?
Una vez, cuando grabamos «Paranoid Android», yo no estaba teniendo un buen día. Me escabullí del resto y me fui con Stanley; terminamos en el pub la mayor parte del día. Después, nos montamos a la bicicleta y a duras penas llegamos al estudio, en la cima de la colina; el resto había grabado una canción entera, y estaba muy bien. Estaban trabajando en el final y yo, sentado, diciendo «necesta alguien gritando»; Nigel dice «OK». Yo me metí a la cabina de grabación y me grabé gritando en un pequeño dictáfono [hace la mímica de el gritando]. No tenía idea qué estaba gritando. Cuando terminé, salí y les dije «esto no va a funcionar»; él me dice que era genial. Muchas veces tienes la sensación de que algo no va a funcionar, que es una tremenda mierda … y después empiezas a pensar que es realmente interesante.
¿Qué tal te va oyendo tu propia voz?
Probablemente debería gustarme más mi voz. Lo que suele pasar es que mientras más me apego emocionalmente a una canción, me resulta más difícil; o más me cuesta terminar una canción si me resulta difícil el sonido de mi voz, porque pasé meses imaginando como debería ser. Mientras más prolongo eso, me es más difícil escucharme y aceptar que soy humano y que eso no va a cambiar; mientras más piensas al respecto, más posibilidades se abren… especialmente con las letras.
¿Hay alguna canción que te enorgullece cómo cantas?
Me gusta mucho «Bloom». A simple vista, parece muy simple, pero es bastante traicionera; eso la hace linda. Tenés que cantarla de una forma muy abieeeeeerta. Pero cuando la hacemos en vivo es más difícil porque hay que prestar atención a muchas otras cosas técnicas; tienes que olvidarte del caos y cantar con una voz muy abierta. Es un poco como si tocaras trompeta, porque no piensas en la letra, solo en el sonido – raaaaaaaaaaaaaaaaa.
Cuando entrevisté a Tony Bennett, dijo que su tutor de voz le dijo que imite a otros músicos, «pianistas, trompetistas y saxofonistas. Pero no imites otros cantantes». Cuando me lo dijo, pensé en vos inmediatamente
¿En serio?
Si, porque tu voz, en mi opinión, suena como un violín. ¿Entiendes lo que digo?
Mientras no sea un oboe, amigo, no importa [risas]
Pero ¿entiendes o es una idea bizarra?
No, lo entiendo. La mayoría de las canciones que escribo no tienen letras por un largo tiempo, o quizá solo una palabra clave. Trabajo así y así lo concibo, pero entiendo completamente. Considero mi voz un instrumento, pero no uno normal porque sin importar lo que hagas, estás desnudo. Supongo que es por eso que me fascinan los efectos de voz en vivo. Una de las cosas que disfruté mucho recientemente fue ver a Jonny experimentar con cosas microtonales – te mueves entre las notas. Tienes una escala de casi un semitono, y todas las notas en medio; yo programé un sintetizador modular para que vaya en medio de todas las notas y después lo copié con mi voz; es una pieza de unos 20 minutos.
Esto se está poniendo muy Radiohead. ¿Cómo suena eso?
Hay lineas que lentamente ascienden y descienden, y tuve que tratar mi voz como un instrumento – un violín o algo así – porque tuve que seguir los cambios en el tono – microcambios – pieza por pieza, así que literalmente, inspiración a inspiración. No quería escuchar mi respiración, así que canté cada nota, recorté las inspiraciones y exhalaciones, canté el siguiente fragmento de la nota, corté la respiración, canté, corté. Me llevó semanas. ¡Semanas! Está en la banda sonora de Suspiria.
¿Cómo se llama la canción?
«A Choir of One». Queríá que se sienta como un coro, pero es una sola voz. Hice varios tonos, pero todas las notas chocan entre si y te hace sentir muy muy inquieto. Una película de terror.
Eso es fascinante porque hay un componente muy orquestal en tus voces, donde parece que no te conformas con estar delante de todo. Haces que la voz sea parte de la atmósfera en el tema; «Present Tense» o «Judge Jury and Executioner» por ejemplo.
Es algo que me pone muy ansioso, porque muchas veces me gusta mucho el track instrumental y las voces son simplemente un aditivo. El centro de nuestro trabajo no es necesariamente la voz. Especialmente con Jonny; puede ser algo del ritmo, o la forma en la que caen los acordes, o un arpegio que compuso. Mi trabajo es simplemente encontrar la manera de ubicarme en eso, y eso es algo que realmente disfruto.
Pero eso no es lo que muchos cantantes hacen. Marvin Gaye fue el primero con el que noté primero al cantante principal y después, detrás de eso, hay cuatro o cinco Marvin Gayes haciendo cosas.
Marvin Gaye es un ejemplo interesante porque si viste el documental sobre el álbum What’s Going On, él básicamente les tarareó las lineas y los demás las pusieron en papel. Eso es básicamente mi mundo ideal [risas] Creo que no pienso en términos de voz principal mucho porque suele ser una trampa. Si piensas «ahora debo hacer las voces principales» es como decir «ahora debo hacer algo más importante que todo lo que ya está hecho», y para mí no es para nada así. De hecho, solía sufrir mucho durante la época de Kid A cuando, por ejemplo en «Pyramid Song», la musica está en la música. Canto una nota durante todo el tema, y hay una melodía alrededor de eso. Como si intentara enmarcar el resto de la acción melódica siendo el ser humano ¿se entiende?
Si, porque no encaras el canto como un cantante principal. Es casi como si lo encararas como un pintor o algo así.
Literalmente es así como lo hago, porque en el método de la pintura, lo que hice en la universidad, a veces la única forma de llegar a donde quieres es superponer cosas hasta que obtienes lo que buscas. No sabes qué funcionará. A veces, lo más emocionante que puedes hacer con una pieza de música es: comienza acá, después pasa algo acá y después otra cosa pasa y aquí estamos ahora. Así es como funciona; y eso para mi es pintar. No es componer música. Blood on the Tracks es uno de mis discos favoritos porque Bob Dylan lleva la idea de la narrativa y la composición al límite. No es posible hacer algo mejor, en serio. Nunca fui capaz de hacer eso porque me emocionan tanto los sonidos, ya sea el de mi voz o el de un instrumento, como las letras o el ritmo de la batería. Me generan la misma emoción.
Entiendo lo que quieres decir, pero estás reduciendo mucho lo que haces. Una de mis canciones favoritas es la versión en vivo de «True Love Waits» que aparece en I Might Be Wrong – es solo vos y la guitarra, y eso es todo lo que necesitas.
Esa fue una de las canciones que nació como una canción acústica y me parecía demasiado fácil y no quería hacer eso; es solo una guitarra y la voz; he hecho eso. Pobrecita, fue víctima de su propia simplicidad.
Pero la canción es perfecta así. Después la regrabaron con todas estas cosas y siempre me pregunté por qué sintieron que era necesario hacer eso.
No lo sé. Desafortunadamente, no hay muchas canciones similares. Uno de mis errores es descartar cosas por ser simples. Nigel, más que los demás, me dice «estás cometiendo un error porque querés ver algo que no está ahí; ¡dejá de tratar de hacer eso!». Algunas cosas se arruinaron por ese motivo; tenía en mente una idea y eso puede ahogar una canción y no dejarla crecer. Fue así con «True Love Waits»; fue una de esas cosas que nacieron para cerrar un show. No debía necesariamente siquiera ser grabada. Fue hecha para decir «OK chicos, buenas noches. Gracias».
Me pasa mucho con tu música: puedo escuchar una canción por primera vez, escuchar la música y pensar «¿cómo va a hacer esto?» después entras con la voz y pienso «¡qué hijo de puta! no lo puedo creer». Encuentras una forma de elevar la música tanto que no parece estar anclada al suelo, y la controlas con una melodía increíble, y así la canción calza en su lugar.
Yo pienso lo mismo, amigo [risas]
«Backdrifts» es un ejemplo perfecto. Cómo llegas ahí es una locura.
Tenía la música hacía tiempo, y siempre la escuchaba y pensaba que era genial, pero todo el mundo me decía «¿qué carajos es eso?». Entonces me decidí a ponerle voz, y de repente todos dicen «oooh, ahora entiendo». Ves, tengo el problema de que puedo escuchar cosas en la música y asumo que todos los demás pueden escuchar lo mismo – porque puedo escuchar la melodia que irá con eso. Es realmente obvio.
¿Qué cambió en mayor grado en tu voz desde los comienzos?
Solo la edad. La voz cambia naturalmente. Se suavizó un poco y suena más a madera. Lo que sea que es, definitivamente prefiero el sonido de mi voz ahora porque es abierto de manera diferente y el registro ha cambiado levemente, la tonalidad … cayó un poco, pero me gusta.
Si pudieras hacer un dueto con algún cantante – vivo o muerto – ¿quién sería?
John Lennon. Sonaría muy mal. No sería una buena mezcla.
¿Quiénes son tus cinco artistas favoritos de todos los tiempos?
Estoy obsesionado con Ella Fitzgerald en este momento. Hay una presentación de ella con Duke Ellington; es un programa de TV famoso de los sesenta, blanco y negro. Ella hace dos temas jazz y su técnica de canto es malditamente espectacular. Una locura. Domina el tema como la palma de su mano. El volumen es fuerte, y no erra una sola nota. Hace algo super rápido, como scatting, que es …. simplemente … o sea, es físicamente imposible. No he visto a nadie más hacerlo. Y después, obviamente, Nina Simone. Y Scott Walker, y Michael Stipe. Esos son cuatro, ¿no?
Fragmento del libro The Singers Talk de Jason Thomas Gordon. Publicado por RollingStone el 8 de Septiembre de 2023