17 de mayo de 2008

Es difícil unir la tortura de la grabación con el color y el humor inesperado de su forma de ver el mundo. Andrew Harrison pasó tres meses en el mundo de Radiohead para descubrir las raíces de su particular objetivo….

16 de Enero de 2008.
Hace muchísimo frío en las calles de Londres, en los alrededores de Brick Lane, pero los efectos de un viento que deja marcas en la cara es suavizado por la calidez de unos desconocidos que caminan bastante cerca de si mismos. Es el día del show secreto de Radiohead. Esta mañana, la banda anunció en su website que iban a tocar en el nuevo local de Rough Trade East esa misma tarde. Notas de aviso volaron por el ciberespacio, y la gente comenzó a hacer cola antes del mediodía. Ahora hay por lo menos un par de miles apretándose en las calles, refregando sus manos, esperando lograr ganar un lugar en un local que tiene como capacidad máxima unos cuantos cientos.

El aire de expectativa ante la chance de ver de cerca a una banda que usualmente son solo figuras en un horizonte distante en un festival es enormemente emocionante, sumado al descreimiento de que esto realmente está pasando. Luego del lanzamiento digital e inesperado de In Rainbows, Radiohead abandonó su rol de Pink Floyd moderno para convertirse más bien en el KLF moderno, dándose cuenta de repente que la sorpresa y lo inesperado es lo que le da vida. Ya está más que claro que el local de Rough Trade East será demasiado chico para el show de esta noche. Cuando algunas cajas con equipos se mueven entre la gente, comienzan a correr los mensajes de texto, y la gente se agolpa en donde sea que piensan se abrirán las mágicas puertas. De repente, nos piden que vayamos al nuevo lugar elegido, el local de 93 Feet East al final de la calle, a unos 10 minutos del lugar donde estábamos, la gente comienza a abuchearnos. Pero en el salón principal del local me encuentro con Colin Greenwood, el bajista de la banda, que en breve tocará ante una audiencia humana por primera vez en casi 4 años. Observa el escenario con la mirada abarcativa de un hombre condenado.

Sin embargo, el show termina siendo una de las cosas más sorprendentes que haya visto, simplemente por que este es un sonido que está muy estudiado pero pocos logran comprender – esta música de rock que se desafía a si misma sin caer en los espejismos de la música desafiante – es, por fin, materializándose frente a ti. Al menos puedes ver como lo hacen. Cuando Ed O’Brien se acerca a una caja de efectos y procesadores de sonidos hecha por el mismo, está tan cerca que pareciera que te va a pisar; sin embargo lo puedes ver manipulando los botones muy suavemente. Los movimientos de Yorke se asemejan a un espantapájaros eléctrico, usualmente plantado entre pilas de amplificadores, toman otra dimensión cuando las gotas de sudor corren por su cara. Eso no es un agregado. Es así como es siempre.

Siempre creí que Radiohead escribía e interpretaba sus temas de forma convencional primero y luego las «enGodricheaba» – agregándoles ese polvo espacial, las texturas alucinógenas, los feedbacks y los huecos de sonido con el. Pero ahora, en «Videotape», O’Brien usa su guitarra para emular el sonido de una regla arañando las superficies, y puedo ver que cualquiera sea el giro que tome la música de Radiohead en sus famosas sesiones torturantes, lo hacen con sus propias manos. Esto realmente está sucediendo.

Lo más extraño es que realmente lo disfrutan, como se puede entrever por las enormes sonrisas de placer que se esparcen en el escenario y en las primeras filas. Esto es alarmante: Radiohead no hace algo divertido. Aunque quizás si. A mitad del show – interpretaron entero su nuevo álbum, en el mismo orden, y luego interpretaron algunos temas antiguos – Colin se pasea por el escenario hasta el frente, donde sonríe al público, y este comienza a reír. Terminan de tocar In Rainbows, para cerrar el show con «My Iron Lung» y «The Bends», pero cuando se bajan del escenario, parecen no querer irse.

El mundo está lleno de eventos que se anuncian como cosas de una vez en la vida, pero esta noche el público se dirige a sus casas en medio de un clima frío, pero con el cálido sentimiento de que lo que vieron fue real.

Recordando los días en los que los viernes corría al pub y no a casa, recuerdo que Colin a veces también venía con nosotros. El había ido a Cambridge con un amigo mío, y cada 6 semanas, Colin se juntaba con nosotros a tomar una cerveza. Sus apariciones se hicieron menos y menos frecuentes cuando la suerte de lo que llamábamos La banda de Colin mejoraron. Una noche, en el departamento de otro amigo en Stockwell, Colin nos preguntó tímidamente si podía poner un casete con temas que Radiohead acababa de terminar. Habían estado trabajando en ellas desde hacía tiempo, quizá demasiado tiempo nos dijo él, y aunque pensaron que podrían ser buenas, ya no sabían que pensar. ¿Le importaría a alguien si lo pongo?, preguntó. La cinta comenzó a correr y nos fuimos a la cocina a preparar té. Así fué como escuché por primera vez los temas que conformarían OK Computer, un álbum que en poco tiempo sería considerado el mejor álbum jamás hecho. El hombre que tocaba el bajo sin embargo parecía un poco avergonzado de eso.

Le hice recordar a Colin de esto cuando nos encontramos en el lobby del Old Parsonage en Oxford, una tarde a principios de Marzo, y nuevamente sonríe tímidamente. La inseguridad crónica es una característica en la fachada pública de Radiohead, aún si realmente no les afecta tanto como creen. De hecho, Colin es – y siempre fue – alegre y divertido, y solo mínimamente extraño. Ordena para nosotros un Very High Tea (con sandwiches más grandes y scones mas grandes también). «Esta es la jarra de té de las declaraciones», bromea Colin. La tetera tiene un diseño tan sofisticado y moderno que cuando Colin intenta servirnos té, el té sale en cualquier dirección.

Actualmente casado y con 2 hijos, Colin ya lleva 22 años como miembro de una banda que se formó en Abingdon School – el y su familia aún viven cerca de ahí – y hasta 1991 era conocida como On A Friday. Le pregunto como describiría Radiohead a alguien que no tiene claro el concepto de rock n roll. Es fácil, dice el. «Nos conocimos en la escuela y queríamos hacer música, pero tampoco teníamos un concepto formal del rock n roll. Éramos chicos de Abingdon, nos gustaba Lou Reed, the Velvet Underground, The Fall, Joy Division, R.E.M. – toda esta gente aún está vigente – pero no teníamos una formación formal y no sabíamos realmente qué estábamos haciendo. Así que seríamos bastante parecidos a quién hace la pregunta».

A pesar de sus nervios, Colin disfrutó mucho del show en 93 Feet East. Previamente, Radiohead se preocupaba de que olviden por completo como era tocar ante un público que estaba tan cerca de que casi podían leer las expresiones de sus caras. En vez de eso, simplemente fué un pequeño paso hacia la carga de energía de la banda, luego de que se relajaran hasta ser predecibles en su anterior álbum (Hail to The Thief, 2003), para luego avanzar en la grabación de In Rainbows, que si bien sus sesiones de grabación fueron difíciles, terminó siendo fresco y hermoso como una mañana de primavera, en medio de Noviembre.

Colin estaba particularmente complacido por como Thom, el emotivo líder de la banda, había comenzado el show. Luego, Colin busco clips en YouTube y pudo encontrar uno del cantante haciendo «eso que hace cuando mueve la cabeza», un reflejo de las clases de boxeo que Thom recibió de su padre. «Thom tiene hombros anchos», comenta Colin. «Cuando los ves bajando, al estilo de un boxeador, significa que lo está disfrutando». Sonríe. «Tu sabes, realmente odio cuando la gente dice que quiere tocar en lugares pequeños para volver a sus raíces. Los grandes tours son lujosos, y ¡los amo!».

Cuando me reuní con los miembros de la banda un par de semanas después, sentí un ambiente de relajación, satisfacción y hasta cierta sorpresa de que el proyecto In Rainbows – con su prolongado proceso de grabación, su lanzamiento abrupto a través de internet y sus shows sorpresa – haya resultado tan beneficioso. Colin piensa que los meses que pasaron le permitieron reforzar su pasión por la música; algo que no es despreciable, ya que durante el proceso perdió temporalmente la audición, por usar mal los auriculares. «Ha vuelto a la normalidad, casi», comenta. «Ya casi no siento que le hablo a la gente debajo del agua. Durante un par de meses será común que escuche ruidos de frecuencias altas mientras veo TV. Si te concentras en como escuchas en lugar de qué es lo que escuchas, hacer música se vuelve problemático. Era una pesadilla de mierda, de hecho».

Justo como, por lo que escuchamos, fue la grabación de In Rainbows. Luego de 18 meses de no hacer nada, luego de finalizar el tour de Hail to The Thief, la banda intentó recomenzar con un paso en falso, junto al productor Mark Spike Stent, quién trabajó con artistas tan variados como Madonna, Keane y No Doubt (cada uno de los miembros de la banda se tomará la molestia de aclarar que no fue el productor el problema, sino la combinación no apropiada de talentos).El proceso se hizo insoportable; grabaron algunos de los temas cuatro o cinco veces, pero no sentían que siquiera estaban cerca de algo aceptable. Luego llegó Nigel Godrich, quién creció junto a Radiohead desde el puesto de Ingeniero en The Bends a coparticipe en la creación del clásico OK Computer. «Nos dimos cuenta luego de que siempre estuvimos esperando que volviera Nigel». La grabación comenzó a tomar forma. Pero ¿siempre tienen que hacer tanto escándalo?

«Si, está yendo todo mal, estamos condenados … Nosotros lo hacemos difícil para nosotros, probablemente sin necesidad. Aún nos ataca el miedo cuando alguien presiona el botón de grabar – el miedo de terminar algo y tener que defenderlo. Eso mismo nos pasa en los shows televisivos en vivo. Te aterra cometer un error que terminas cometiéndolo – solo cuando puedes restarle importancia es que tocas mejor. Es algo mediocre. Nos educaron para que creamos que todo es muy importante, que debemos preocuparnos mucho, o preocuparnos de las cosas erróneas».

Algo que Nigel hizo para lograr desbloquearnos fue usar deliberadamente técnicas primitivas de grabación. Esto significó que, secretamente, In Rainbows estaría influenciado por the Jungle Brothers, a Tribe Called Quest y mucho hip hop de principios de los 90. Godrich quería grabar todos los tracks de ritmo en una sola cinta, donde permanecería inmutable y fija, para evitar la tentación de que la banda quiera jugar con pistas múltiples. «La idea era hacernos fijar algo», comenta Colin. «Tu sabes … ‘ lo grabaste y ya no puedes cambiarlo ‘. Era como si nos estuviéramos sampleando a nosotros mismos. Y cuando mezclas sonidos así, estos se enriquecen, se ensalzan entre si, interactúan … tienen bebés sónicos».

El resultado, luego de otro año de trabajo, fue la pieza probablemente más hermosa jamás grabada por Radiohead. Si The Bends se trató sobre descubrir su talento, y OK Computer era sobre qué hacer con el – y si Kid A y Amnesiac eran pruebas de hasta donde llegaría el público – entonces In Rainbows cuenta con todo lo que la banda y Nigel aprendieron al atender estas emociones humanas. Las letras de Yorke quizá estén llenas de inseguridad, miedo y desconexión personal, pero la música en sí mejoró su interconexión, desde el ritmo infeccioso de batería y bajo de 15 Step, el doctorado en grunge de «Bodysnatchers» hasta la hipnótica visión de la vida después de la muerte, guiada por el piano de «Videotape». Es el disco de Radiohead que soporta más reproducciones, y lo que sugiere es que – a pesar de que la infraestructura pueda colapsar, o que puedas ser comido por gusanos y peces extraños, o que estés atrapado en tu cuerpo y no puedas salir – lo que le inyecta energía al mundo es el amor.

In Rainbows también marcó un alejamiento del políticamente torpe Hail to The Thief, que desde su título trató de asirse de la era neocon/Iraq, pero terminó sintiéndose como un montón de slogans incoherentes. Esto se debió por un lado a que las letras de Yorke eran típicamente abstractas y por otra parte a que lo que continuó a la guerra en Iraq pareció disolver cualquier argumento racional: simplemente estabas a favor o en contra.

Le pregunté a Colin como se sentía respecto de las dimensiones políticas de la banda, que generalmente se articulan en forma separada a la música, por las afiliaciones de Thom a diferentes campañas o respecto a ciertas entrevistas. Todos en la banda apoyan el tema del cambio climático, comentó, y explica en detalle las acciones que tomaron para reducir sus emisiones de carbono en el tour de este año. Una auditoría ambiental, a cargo de la compañía Best Foot Forward, con bases en Oxford, indicó que comprar dos sets de equipos y organizar un tour convencional indicó que la mayoría del público simplemente conduciría, o volaría, a los shows más grandes. Así fue que compraron otro equipo, y un juego de LEDs revolucionarios, con bajas emisiones para iluminar sus shows. «Es muy emocionante, pero sin las enormes luces de Rock va a estar un poco frío el escenario», comentó Colin. Luego me comenta lo interesado que está en algunos libros de Nick Cohen, Oliver Kamm y Andrew Anthony, el blogger Norman Geras y el blog Harry’s Place. Todos y cada uno de estos autores analiza como la Izquierda Liberal a perdido el rumbo, el que fue convertido en algo demoníaco por el ala Stop The War del movimiento, apodados neoconservadores. Colin se considera a si mismo medianamente adicto al novedoso mundo de la información. «Soy el viejo cascarrabias frente a la PC. Es la versión moderna de gritarle a News at Ten«, comenta.

Colin ama la musica soul, el Spank Rock y el tecno antiguo; acaba de descubrir a Black Sabbath («¡brillante!»); ha desarrollado un interés por Fleetwood Mac («la banda está un poco preocupada al respecto»); y tiene una debilidad por agarrar el pandero cuando no está haciendo nada más en una canción («los demás comenzaron a esconderlo, los malditos»). También ama la fotografía: la obra de Gary Winogrand, Joel Meyerowitz, fotografos callejeros como Walker Evans o Farm Services. Mientras me lleva a la estación de trenes de Oxford en su auto, me cuenta como le gusta el nuevo álbum de Underworld, Oblivion with Bells. Radiohead asistió a uno de sus shows cuando grababan Kid A/Amnesiac en la punk-hippy Copenhague, cuando se tomaban un descanso en la grabación de «Pyramid Song» y volvieron llenos de emoción. Es curioso como sus álbumes terminan siendo influenciados por las bandas que ven, dice. «Durante la grabación de The Bends en la primavera de 1994, John Leckie nos aconsejó ir a ver a Jeff Buckley en The Garage un día que no había sido muy productivo en el estudio. Luego volvimos al estudio y Thom grabó en una sola toma «Fake Plastic Trees». Fué genuinamente inspirador».

Hace una pausa y golpea sus dedos en el volante. «Necesitamos salir mas seguido».

¿Qué es lo que más frecuentemente la gente malinterpreta sobre Radiohead?
Thom Yorke: Que todo lo que hacemos es una tortura. Y también que tenemos algún tipo de plan, que tenemos alguna idea sobre lo que hacemos … no es asi.
Ed O’Brien: Solía creer que quizá la gente no sabía que en realidad teníamos un gran sentido del humor. Pero quizá los webcasts y algunas otras cosas que hicimos el año pasado demostraron que no somos ultra-serios todo el tiempo. No puedes hacer lo que hacemos nosotros sin sentido del humor. Es mucho más simple ser melancólico en la música. Nos cuestan los temas alegres. Esa es la parte difícil.
Phil Selway: La gente tiene una idea bastante cierta de nosotros, creo. Puede ser algo incómodo porque algunas de esas visiones no son muy halagadoras, pero probablemente sean válidas. Tu sabes, caras largas y super-serios … esta bien, de veras. La gente está comenzando a entender el lado alegre de Radiohead, que esperamos hayamos podido mostrar en los últimos años, pero ya sabes … no hay humo sin fuego.
Jonny Greenwood: Que somos cascarrabias. La gente confunde la obra con el artista. No necesariamente somos como nuestros temas. También creo que malinterpretan a Thom, y cuan agotadoramente energético y entusiasta puede ser. Aún cuando el resto de nosotros está muy cansado, es él quien nos inyecta energía y emoción diciendo «vamos, esto suena muy bien, lo que haces está muy bien». Eso es muy bueno para nosotros y creo que nadie lo sabe.

Ed O’Brien es un hombre particularmente feliz este jueves al mediodia. No solo porque Radiohead realizó dos shows cuasi perfectos para la BBC ayer, pero también por que su querido Manchester United derrotó al Roma 2 a 0 en la Champions League en el Stadio Olimpico. «El partido fue mejor que el show», alardea. Habiendo nacido en Oxford, pero viviendo ahora en el norte de Londres, Ed representa el fan del Manchester United a la perfección, solo que al menos el fue a la Universidad. Todavía conoce a «algunos chicos» en Old Trafford que le consiguen entradas y está preocupado por que Mani de los Stone Roses/Primal Scream haya desertado hacia el AFC Manchester. Más conocido como El alto (casi 2 metros), Ed es una compañía fantástica; interesante, divertido y considerado. Además es curiosamente reprimido al hablar – la palabra más agresiva que puede encontrar para calificar a How to Dismantle an Atomic Bomb de U2 y a X&Y de Coldplay (la versión descafeinada de Radiohead) es «pants» (malo). Ed O’Brien mantiene un escepticismo saludable respecto a lo que se dice de su banda, y tiene una visión poco común respecto de su música.

«Creo que mucho de lo que empuja a la música de Radiohead es la necesidad de llegar a un lugar en el que no estás», dice mientras come pasta en un café cerca de la oficina de Word . «O quizá sea no querer quedarte donde estás. Nunca fuimos como esa gente en la escuela que iban en busca de la felicidad. Todos tenemos pasados que no son color de rosa, pero ¿qué es lo que nos mueve?. Pues, infancias un tanto infelices quizá». Los padres de Ed se separaron cuando tenía 10 años, y describe su propia infancia como «bastante infeliz». La música de la banda tiene obviamente un lado malhumorado (aunque luego descubrí que más de un miembro de la banda está más que orgulloso de la escena en Father Ted donde un melancólico religioso, rescatado por Ted y Dougal de ser atacado por su propio perro, se sumerge en la depresión cuando escucha «Exit Music (For a Film)» en la radio). Pero la respuesta de Ed a la tristeza de su pasado parece ser entregarse por completo a la alegría de la creatividad. «Ahora no estoy triste por mi infancia – tengo una gran familia propia», comenta. «Pero es parte de la vida. Siempre es lo mismo con los músicos. Muchos de nosotros tenemos cosas con las que lidiar, pero somos Ingleses y no nos gusta quejarnos al respecto. La música puede ser una forma de hacerlo. Creo que nuestra música te saca de tu realidad un segundo, y quizá hasta logre aliviarte». Uno de los pocos criterios que guiaron a In Rainbows, dice, fue que deseábamos capturar algo de la simple alegría de vivir. Uno de los puntos de quiebre, aunque suene extraño, fue Hey Ya! de Outkast. Hasta trataron, sin éxito, de trabajar con Andre3000 en el álbum.

Ed es frecuentemente descrito como el segundo guitarrista de Radiohead, cosa que, al mismo tiempo, lo subestima y es una exageración. «Me encantan los sonidos», dice. «No soy un guitarrista técnico. Mis héroes fueron Johnny Marr, John McGeogh, y hasta Andy Summers. Los sonidos y riffs son las cosas que te hacen acercarte a una guitarra. Cuando hicimos nuestro primer álbum, Sean y Paul (los productores) dijeron que yo era como un tecladista. En el momento eso me ofendió, pero luego me di cuenta de que es cierto de alguna forma. Me veo a mi mismo como líbero – un poco de rítmica, puedo estar en el frente o en un agujero. No soy un Ronaldo ni un Rooney: esos son Thom y Jonny. Pero en mis sueños soy Paul Scholes».

Hacer un album de Radiohead se ha convertido en algo tan tortuoso, piensa el, por que el éxito de la banda los puso literalmente en un lugar donde podrían hacer lo que quisieran – y nunca llegaron a saber exactamente que era eso. «Cuando una banda tiene éxito, a veces no tienes nadie a quien recurrir para que te aconseje», comenta. Debes esperar mucho tiempo para que finalmente, sientas que eso en lo que estuviste trabajando mucho tiempo es bueno y tiene valor. Recuerda estar escuchando «Weird Fishes/Arpeggi» 8 veces de corrido, mientras manejaba desde Oxford hacia Londres, como cada mañana. Cuando llegó, se dirigió a Thom y le dijo «no te imaginas cuan buenas es la letra de este tema. Este tema necesita ser oído por alguien más, por que a mi mismo me está conmoviendo, y seguro otra gente también sentirá lo mismo. Es lo que quiero oír yo mismo, y lo que otra gente necesita oír también».

Me pregunto cuantos otros «segunda guitarra» hacen eso con sus cantantes. «Me fío mucho por la intuición», dice Ed riendo.

Hablamos sobre las ideas políticas y como se plasman en los temas. Radiohead ha pasado por, como Ed lo califica, «varias discusiones interesantes» desde Hail To The Thief – «algunas muy candentes de hecho».

Los diferentes miembros tienen diferentes posturas, y la idea de que todos son ejemplos del liberalismo de izquierda no es adecuada. No estaban de acuerdo con Iraq, pro ejemplo. «Creo que Tony Blair es un criminal de guerra y debería haber sido destituido», dice Ed, «así que ves como pienso. Pero como no quiero hablar por todos en la banda, no todos piensan así».

¿Acepta el hecho de que la banda corría el riesgo de convertirse en una banda de protesta?, algo que todas las bandas intentan hacer en algún momento. El espera que no. Una de las cosas buenas de In Rainbows es que es emotivo y cálido. «Pero dándole crédito a Thom, el es la cara pública y el que se encarga de balancear la politicidad de la banda. No creo que digamos que sabemos más que vos. Nosotros formamos parte de una banda, pero tenemos también derecho a expresar nuestra opinión. Y si la opinión pública sobre Radiohead se forma al ver a Thom en la portada de The Observer, en su edición sobre el problema ambiental, entonces significa que no están investigando lo suficiente, ¿ o me equivoco?. El hecho de la gente nos hable y nos ponga en las portadas de sus revistas es una bendición, no un problema para nosotros».

Ed cumplió 40 años recientemente. Esto solía ser el pasaje al cementerio de Elefantes de los músicos de rock. Pero hoy en día, cuando la «mediana edad» no comienza hasta que tienes 60, el todavía es parte del presente y de lo novedoso. Ed decidió no celebrar el evento – su esposa y el dieron una gran fiesta cuando se casaron, y lo incomoda un poco ser el centro de atención. «Estoy bastante feliz ahora», dice. «Estoy en una gran banda, tengo una excelente familia, he logrado lidiar con mis problemas pasados y estoy listo para lo que venga».

Esa misma tarde, un anuncio de prensa aparece en la casilla de entrada de mi email. El 2 de Junio EMI Records lanzará The Best of Radiohead. Incluye todos los grandes cortes, si es que la banda cuenta con grandes cortes, y un segundo CD con temas como el bien conocido bside «Talk Show Host» y su primer simple, «Anyone Can Play Guitar». Pero esta forma de hacer las cosas dista mucho de la forma en la que la banda se desenvuelve hoy en día, y también representa el último clavo en el ataúd que sepulta la relación entre la banda y su ex sello discográfico. Este lanzamiento fue precedido por un boxset con todos los álbumes de la banda hasta 2003; se rumoreaba que, tratando de repensar sus estrategias, EMI originalmente pensaba vender este boxset exclusivamente en el negocio que su Investigación de Mercados sugirió como la más usada por los oyentes de Radiohead: la cadena de ropas Next.

«No nos molesta, la verdad», dice Thom, con un suspiro que sugiere todo lo contrario. «Si van a destinar un montón de dinero en tratar de que esos temas vuelvan a ser oídos, entonces me parece bárbaro, pero nuestra administración trató de convencerlos de que la gente ya no compra este tipo de compilados. Solo en Gran Bretaña, y nada más. iTunes lo ha sufrido. Es muy probable que no recuperen su dinero. Y tampoco hemos tenido ningún éxito, así que no le veo el sentido».

«Pero no hay nada que podamos hacer. Actualmente, esos temas son de propiedad pública, al menos en lo que a mi respecta. Es simplemente una oportunidad malgastada, que de haber querido hacerlo nosotros, y si nos hubiéramos involucrado, podría haber sido algo bueno».

¿Has superado tu divorcio con EMI?

«No fue un divorcio no querido», asevera Yorke. «Estaba bastante feliz de tener una excusa para no volver a trabajar con ellos. Queríamos ser racionales; queríamos permanecer con ellos porque, técnicamente, ellos tienen los derechos de nuestro trabajo, y si renunciamos ellos pueden hacer lo que quieran con eso. Por eso creímos que quizá debíamos seguir en buenos términos con ellos. Personalmente, yo solo quería olvidarme de todo eso. No se sentía bien. Y ahora es como cuando te mudas de casa: no quieres pasar por tu antiguo vecindario y espiar que reformas hicieron, porque simplemente te deprimirá».

Esto es un poco falso. Desde hace mucho tiempo una banda no se enfrenta tanto a su ex sello al finalizar un contrato. La salida de Radiohead de Parlophone – así como las salidas de Paul McCartney y The Rolling Stones de sus respectivos sellos – comenzaron a hacer notorio el hecho de que los nuevos dueños de EMI no pueden comprender a sus artistas. El CEO de Terra Firma, Guy Hands, dijo en su momento que la banda pidió una suma de dinero extraordinaria – 10 millones de libras – para volver a firmar un contrato con ellos. Detalles de cuan injustos era para la firma los requerimientos de la banda desbordaron los periódicos. De hecho, el punto crucial en la negociación fueron los derechos de la banda sobre el material grabado previamente, sumado al hecho de que trascendieron detalles de que la banda ya estaba en tratativas con XL Recordings, los eventuales ganadores de la puja, así como también con otro sello independiente. De todas formas, la banda estaba ahora del lado del receptor de palabras agresivas de boca de los compradores de EMI. Irónicamente, estos fueron los que durante los años inspiraron las letras de algunos temas. ¿Cómo se sintió Thom al ser considerado un ejecutivo más, peleando contra los CEOs de EMI?

«Me molestó de sobremanera», responde enérgico. «Podríamos haber iniciado acciones legales. La idea de que queríamos tanto dinero era revelar verdades a medias hasta un punto irreversible. Era su compañía de relaciones públicas pujando con nosotros, y te diré algo, arruinó mi Navidad, por Dios!. Estaba tan molesto que decidí salir a caminar un poco, volver a casa y escribir algo en Dead Air Space y eso sería todo, allí terminaría todo. Tenía cierta tranquilidad de que fuera posible dar mi punto de vista de todo en nuestro propio website, pero era una clara señal de que todo había terminado».

En este momento, estamos hablando en un solitario cuarto de hotel en Covent Garden. Thom está acomodado en una reposera, tomando té, vestido con una camisa Fred Perry negra (le digo que es una buena elección; el parece un poco asombrado y mira al logo, como si fuera la primera vez que lo ve). En persona, Thom no es tan tenso e intenso como parece ser en el escenario – ¿Quién podría serlo? – y su sentido del humor es humilde. «Tenemos que pasar por muchas cosas malas para llegar a la alegría», comenta sonriendo. «Realmente te arrepentirás de haber pasado tanto con nosotros…»

Pero la forma de articular las frases de Thom a veces refleja sus letras abstractas. Los punteros políticos son una pared de «energía oscura»; la grabación de In Rainbows tomó tanto tiempo que «comenzamos a creer que nada de eso había sucedido realmente, que nunca habíamos formado parte de una banda, que era todo como un gran Truman Show«. Hablamos un poco sobre como escribe sus letras. Para ser honestos, es algo tedioso. Llena libretas con posibles letras, pero al final termina utilizando solo un cinco por ciento, o quizá solo una línea de cada libreta. Ni siquiera puede escribir las canciones sin primero poder tocar los temas para el mismo. Cuando grabó su álbum solista, The Eraser en 2005/6, Nigel y el completaron primero todos los temas en forma de loops y sampleos, pero el todavía no podía terminar las letras. Por eso fue que Thom tuvo que aprender a tocar todos los temas manualmente en la guitarra o el piano, antes de que las letras pudieran ser escritas.

El debe estar al tanto de que hay miles de personas investigando sus letras para encontrar significados ocultos. ¿Están tratando de decodificar algo imposible de decodificar o están en camino al tesoro?

«Si, es el tesoro de los tontos!. No es una forma muy musical de ver las cosas el hecho de rastrillar todo buscando un significado. Se trata más de sentirlo, ¿no?. Si escribes letras tratando de dejar un mensaje, eso no es arte, sino palabrerío. Las mejores letras vienen de esos momentos cuando escribes un tema, o aprendes a tocarlo de forma diferente, o aprendes a hacer algo con un sonido».

Hoy en día, Thom es conocido tanto como una figura política como por su rol de líder, y esto es algo que puede ser contraproductivo. Para aquellos que leen lo que dice sobre la campaña The Big Ask de Friends of Earth, que trata de eliminar las emisiones de carbono, no faltará alguien que se pregunte si su visión no es simplista y escasa de bases. Como ejemplo tenemos los dibujos de los hombres de negocios con colmillos en el arte de Amnesiac, el que Thom preparó junto a Stanley Donwood; o la frase «kicking, squealing Gucci little piggy» en «Paranoid Android»; o el titulo del álbum Hail To The Thief. ¿Era necesario un juego de palabras tan poco elaborado para que nos demos cuenta de que hubo irregularidades en la elección presidencial de 2000 en Estados Unidos?

Para ser justos, Yorke es absolutamente sincero en cuanto a sus creencias – Ed me comentó que el cambio climático es algo que ha estado en la cabeza de Thom desde que iba a visitarlo a la Universidad de Manchester, hace 20 años («No es que andaba apagando las luces, pero tenái mucha información al respecto. Estaba adelantado a su tiempo»). Thom estaba sorprendido por la falta de principios de muchos Representantes – son los intermediarios que uno debe buscar, comenta. Y Radiohead está tomando recaudos al respecto en su próxima gira. Hasta pensaron en trasladarse por Estados Unidos por tren, «pero Estados Unidos ya no tiene la red de ferrocarriles que tenía en los ’50. Quería hacer algo similar a Some Like it Hot, eso de dormir en camas estrechas». Thom lee un poco, presta atención, me mira sospechosamente cuando menciono a Nick Cohen. El sabe lo que el piensa. El también piensa que hoy en día los rockeros que hablan de política tienen mucha influencia.

Cuando Friends of Earth le pidió que fuera la cara de The Big Ask, lo primero que atinó a decir fue «¿Estás bromeando, no?. ¿Yo?. La última persona en el mundo. Es como decir ‘Todo el mundo deje de usar aviones, excepto nosotros'». Después lo pensó un poco y concluyó en que cualquier dolor que esto le cause sería justo. «El lado difícil fue tener a un idiota de The Sunday Times siguiéndome a todas partes, molestando a mis amigos para descubrir que … ¡adivinen que! .. a veces utilizo los aviones. Pero Friends of Earth me quería a mi como representante justamente porque también tengo mis fallas. Todos las tenemos, vivimos en la sociedad de los carburos. Lo que queda de esto es: si tienes un sistema político que se preocupa tanto por sus propias cosas que es necesario que alguien como yo muestre las cosas como son, entonces estamos jodidos».

A veces, cuando Thom está en medio de una entrevista con tintes políticos, el dirá dentro de sí «por favor, ¿podrías cerrar la maldita boca?». Lo que sea que diga será tergiversado por algunas personas; la gente común que se preocupa por sus vidas diarias no necesitan que alguien en una banda venga a sermonearlos sobre las emisiones de carbono. Le pregunté si los músicos se desenvuelven bien en la política.

«No».

¿Es algo que te molesta?

«Si, la verdad que sí. Pero es solo mi forma de verlo. A veces debes participar en las cosas en las que crees, y aceptar que mucha gente te odiará por eso». Radiohead tiene a trabajar de acuerdo a los tiempos de Thom. El es quién decide cuando la banda debe salir de gira, o tomarse un descanso prolongado – y el acepta que esto a veces genera mayores problemas a la hora de volver a trabajar juntos. En el pasado, Thom tomó esta posición de dictador dentro de la banda, adquiriendo la personalidad de los políticos que el mismo critica en canciones como «Sit Down. Stand Up», y se burla de si mismo en pequeñas piezas como por ejemplo «I am Citizen Insane». ¿Le preocupa que estos temas tengan algo de verdad en ellos?. Aclara su garganta primero …

«Nnnnnn … Tengo que, de alguna forma, mantenerme firme respecto a mis ideales. Lo bueno de los demás miembros de la banda es que lo toleran. A veces me desagrada ser esa persona dictatorial – como dicen en el mundo empresarial – o el jefe, como dicen los demás. Le hablé a Michael Stipe sobre las dificultades de ser la cara y el vocero de todos los demás y el me dijo algo muy cierto. «Si, pero ellos son los que tienen que soportarnos. Eso es difícil».

En algún momento ¿te molesta estar en Radiohead?
Ed: No. Si. A veces – pero entonces le pregunto a Thom, que me miente. Las letras realmente me confunden. Algo que me gustó de In Rainbows es que escribió sobre emociones humanas universales otra vez, algo que no hacía desde hacía un tiempo.
Colin: Frecuentemente, en un nivel musical. ¿Tu hablas de las letras? umm … hay un tema llamado «Weird Fishes/Arpeggi» que denota su significado más que expresarlo … los cambios de acordes te dejan a la deriva y te derriban, por decirlo así. Si lo único que buscas en la música es la forma de decir las cosas, es algo bastante pobre ¿no?.

Más tarde ese mismo día, Radiohead se encuentra en las inmediaciones del BBC Television Centre, preparándose para presentarse en Friday Night with Jonathan Ross. Fuera del espacio donde tocarán, el baterista Phil Selway y yo nos sentamos en un pequeño lobby, para saborear el famoso Té de la BBC. No es tan malo como los comediantes de hace 50 años trataban de hacerte creer.

Si es que hay algún contraejemplo de la idea del baterista en una banda de rock, ese es Phil. Es deliciosamente sarcástico y divertido, aún cuando es – y estoy seguro de que no le molestará que diga esto – un tanto sensual en su forma de desplazarse. Actualmente, Phil es padre de 3, y el prolongado tiempo libre que tuvo con la banda lo dedicó a ser un padre de tiempo completo. «Cuando le dices a la gente que te estás tomando un descanso del trabajo para dedicarte a ser un padre casero, inmediatamente te miran extraño. Y cuando le dices que eres músico, la expresión facial lo dice todo: mmmm … desempleado».

¿Qué es más difícil: lidiar con la banda o con los niños? «Uno es un buen entrenamiento para el otro, pero no voy a aclarar cuál es cuál».

Le pregunto sobre los comentarios de Thom acerca de su confianza – me pareció muy extraño que miembros de una de las bandas más grandes del mundo puedan dudar de sus habilidades. Radiohead no está escaso de confianza, comenta Phil. Pero quizá la palabra dependencia colectiva es mejor que confianza.

«Sentimos una gran responsabilidad por cada uno de los demás. No sé si es porque comenzamos la banda en la escuela, con todo lo que eso implica. Toda banda de escuela piensa que es la mejor del mundo, y cuando te enfrentas a la industria musical, sientes que eres una mentira. Somos las mismas 5 personas, así que tenemos una historia compartida de sentirnos así». Extraña la confianza ciega de la juventud. Antes del primer show que realizaron, nunca se había sentado tras una batería, y todo salió bien. «Nunca volvería a hacer algo como eso ahora, y sin embargo vendemos millones de discos. Uno piensa que eso ayuda a la confianza, pero no. Al pensar en esa exuberancia y confianza en ti mismo, te preguntas ¿Dónde se fue? la quiero de regreso».

Subimos a la cantina con Jonny, el miembro más joven de la banda y el intérprete más abarcativo del término guitarra hoy en día, para comer un plato de Patatas Asadas de la BBC. Jonny está emocionado solo de estar en la BBC. «La última vez que vine, vi a Michael Fish», comenta. Como aficionado a la comedia británica – desde Round the Horne y Julian y Sandy hasta The Mighty Boosh – prácticamente inhala historia. Uno de los momentos de mayor orgullo para el fue escuchar a Jeremy Hardy cantarle la letra de «Creep» con el tema de Grandma We Love You en I’m sorry I Haven’t a Clue.

Después de Thom, Jonny es el miembro de Radiohead con la vida extracurricular más ocupada. Su banda sonora para la película There Will Be Blood de Thomas Anderson fue nominada al BAFTA este año, a pesar de que Jonny piensa que las bandas sonoras son «algo no tan bueno. Tienes la chance de dirigir a un cuarto lleno de músicos increíbles que pueden hacer sonar espectacular cualquier cosa que escribes. Tu bastante mediocre tema de tres acordes sonará absolutamente increíble en sus manos. Siento que me estoy robando algo».

Estando en la BBC, Jonny recuerda a Nigel, y cuanto lo extrañaron cuando no estaba trabajando con ellos. «Hay como una especie de institucionalización en Nigel», comenta. «Algo bastante del estilo de la BBC». Godrich una vez le dijo a Jonny que el es muy feliz al simplemente enchufar cosas en una consola de sonido. Cuando tenía 7 años, hizo una consola de mezcla con cartones y vasos de yogurt. «Es algo que roza algún síndrome, ¿no?», bromea Greenwood. «El ha sido muy feliz en este edificio en los pasados 40 años, paseándose en su bata blanca. Trabajar con Spike Stent se sentía como si hubiera un adulto presente. Con Nigel podemos recordar esos viejos juegos de ZX Spectrum. El es de nuestra generación. Se siente como parte de nosotros ya».

Los managers del escenario aparecen, con horarios en sus manos – la banda se presentará en unos momentos. En estas últimas semanas de escuchar a Radiohead reflexionar sobre sus vidas privadas y públicas, solo escuché reflexiones que muchos de nosotros, que pertenecemos a la clase media, también nos hacemos. Quizá, simplificándolo, es simplemente el deseo de hacer lo mejor y no simplemente alardear por haber hecho una canción. ¿Es Radiohead la banda más modesta del mundo?

«No», dice Jonny, «porque cuando hacemos algo bien lo sabemos. Tenemos ese sentido común de la clase media que evita que nos vanagloriemos de nuestros logros, pero dentro nuestro sabemos que algo como «Pyramid Song» es un muy buen tema y estamos orgullosos». El piensa que ayuda mucho el hecho de que nadie se siente individualmente responsable por el trabajo. «Es como si Radiohead fuera una institución, una empresa, o algo así, y la gente está feliz con el producto. Nosotros trabajamos para eso».

Una hora después, Radiohead finaliza el programa de Jonathan Ross, que cuenta además con la presencia de David Tennant, Catherine Tate, John Hurt y Nigel Marven. Tocaron «Nude» y «15 Step», la balada espectral y el tema techno-jazz, enfatizando el ambiente alegre del programa, y haciéndote preguntar … tu sabes, cosas. Quizá esto sea lo que queremos del rock en el siglo 21. Algo que no sume simplemente, algo que sea imposible de atrapar, algo que se escape por los dedos como los peces extraños de los sueños de Radiohead.

Publicado el 07 de Mayo de 2007, en la revista The Word.

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